El español Rafael Nadal, fue derrotado este martes abatido en los octavos de final de Wimbledon ante un sólido y descarado Nick Kyrgios, de 19 años y 144 del mundo (7-5(5), 5-7, 7-6(5) y 6-3, en dos horas y 58 minutos).
El australiano, que debuta en Londres con invitación, tumbó al mallorquín con la misma edad que tenía Nadal cuando conquistó el primero de sus nueve Roland Garros, Kyrgios saltó hoy a la central del All England Club con todo por ganar.
El australiano ya apuntó maneras este año en Melbourne, al poner contra las cuerdas al entonces 71 del ránking, el francés Benoit Paire, y ha confirmado en Londres su prometedor futuro en el circuito.
El reto al que se enfrentaba este martes Kyrgios era histórico. Quería ser el primer tenista fuera del “top 100” que abatía a un número uno del ránking en más de dos décadas. Lo había hecho por última vez el ruso Andréi Oljovski cuando era el 193 de la ATP en la tercera ronda de Wimbledon, ante el estadounidense Jim Courier.
El australiano pretendía además emular al propio Nadal, el último jugador que batió al primero del ránking antes de cumplir 20 años. El programa del australiano para cumplir sus objetivos esta martes quedó claro desde su primer golpe, que fue un “ace”: atizar la bola con rabia hasta desquiciar a Nadal.
Kyrgios, un tenista de un metro y noventa y tres centímetros, de padre griego y madre malasia, dejó en blanco a Nadal en todos los juegos menos uno en el primer set. El parcial desembocó en un desempate insalvable después de que el mallorquín, heroico, salvó bolas de ruptura con 3-2, 4-3 y 6-5.
El español ya había perdido la primera batalla en sus tres guerras anteriores este Wimbledon y había acabado remontando con solvencia, pero Kyrgios parecía un rival más robusto que el kazajo Mijaíl Kukushkin (tercera ronda), el checo Lukas Rosol (segunda) y el eslovaco Martin Klizan (primera).
El australiano no tenía intención alguna de aflojar en el segundo set. El número uno del mundo, ganador de 14 grandes torneos, llevaba una hora y cuarto sobre la pista central del All England Club y todavía no había podido acercarse a una bola de ruptura.
Crecido, Kyrgios se llegó a permitir anotar un punto golpeando la bola por debajo de las piernas.
A favor de Nadal tan solo parecían estar las estadísticas. El español no había perdido en un Grand Slam contra un jugador con “wild card” desde 2005, cuando le batió el estadounidense James Blake en el Abierto de los Estados Unidos.
Kyrgios, que recibió una invitación para debutar este año en Wimbledon tras ganar el torneo challenger de Nottingham, no parecían importarle las probabilidades sobre el papel. En la hierba de la central, continuaba acorralando al español y anotando “aces” incluso con su segundo servicio.
A la hora y media de partido, con 6-5, Nadal anotó su primer punto en un primer saque del australiano y forzó su primera bola de ruptura. Sorprendido en un momento crucial, Kyrgios cedió el segundo set ante los nervios imperturbables del número uno.
La misma historia se repitió en el tercero, pero Nadal no pudo dar el hachazo en el momento propicio y el australiano se llevó el desempate.
Superado por la potencia y la energía de su rival, el español confiaba en que el 144 del mundo decayera físicamente en algún momento pero, por el contrario, le ganó al resto para ponerse 3-1 por delante en el cuarto parcial y, con el partido bien aferrado, Kyrgios ya no lo soltó hasta cerrarlo con su “ace” número 37.