Un gol del argentino Ezequiel Schelotto frenó la euforia del Milan, que pretendía culminar con el derbi milanés una semana triunfal, aposentado en la parte alta de la Liga italiana y crecido tras su sonora victoria contra el Barcelona en la Liga de Campeones.
El conjunto de Massimiliano Allegri hizo suyo el duelo del Giusseppe Meazza durante gran parte del partido, con el viento a favor tras el tanto de Stephan El Shaarawy y dosis de superioridad ante un adversario languidecido por sus resultados recientes.
Lejos ambos de la lucha por el ‘scudetto’ destinado al Juventus, afrontaron como una cuestión personal el enfrentamiento. El tercer puesto en la tabla es el objeto de deseo de ambos.
Europa alimentó el espíritu de ambos. El Inter, aferrado a la Liga Europa como argumento salvador de una gris campaña, eliminó al Cluj rumano en dieciseisavos.
Pero mayor es la motivación ‘rossonera’. Rehabilitado por su victoria ante el Barcelona llegó al derbi con siete partidos sin perder (cinco victorias y dos empates) .
Suya fue la primera parte, con mayor presión sobre el rival y un acoso permanente sobre el esloveno Samir Handinovic, que evitó un daño mayor para su equipo. No pudo hacer nada el balcánico con el gol visitante, que llegó tras un centro de Kevin Prince Boateng que remató El Shaarawy.
Mario Balotelli, que concentró numerosas miradas por su pasado ‘neoazzurro’, pudo sentenciar el choque. Primero con un cabezazo que detuvo brillantemente Handinovic. Después con un remate con la punta del pie que llegó al cuerpo del meta.
El choque cambió en la segunda mitad. Con el partido sin dueño el conjunto de Andrea Stramaccioni se hizo fuerte gracias a una combinación entre el japonés Yuto Nagamoto que remató de cabeza el argentino Ezequiel Schelotto, que había entrado en el campo pocos minutos antes.