Messi siempre tiene la última palabra, y en un partido que se le había puesto muy feo al Barcelona, sacó lo mejor de sí para resucitar a su equipo cuando el marcador amenazaba con un 1-2 que el argentino supo revertir con dos tantos (3-2).
El Barça sufrió lo indecible en un partido al que nunca le tuvo el control y que en el segundo tiempo, tras un magistral contraataque del Spartak (1-2), temió por una derrota que parecía un hecho, hasta que la épica se volvió a adueñar del Camp Nou, de la mano de su genio, el argentino Lionel Messi.
Unai Emery supo como aburrir a los barcelonistas y que el partido se les atragantase desde el primer minuto. Ya anunció el día anterior que su equipo sólo iba a contar con pocas opciones y que el Spartak debía de ser solidario en defensa para evitar que un vendaval azulgrana se los llevase por delante.
Con una defensa de dos líneas de cuatro jugadores muy unidas y tapando todos los huecos posibles, el Spartak tuvo alejado a un Barça lento y con pocas ideas para dar respuesta efectiva a una nueva defensa numantina casi infranqueable.
La tarea iba a ser difícil para un Barça que sorprendentemente tardó más de un minuto para hacerse con el control del partido una vez arrancado éste. Aunque el balón se acomodó entre los barcelonistas, estos no lo disfrutaron.
A todo ello, en el minuto 11 Gerard Piqué pidió el cambio por una lesión, por una mala postura en una caída tras disparar un balón en el área rusa. En su lugar entró el camerunés Alex Song. El Barcelona disponía de una pareja de centrocampistas (Song y Mascherano) recalificados para centrales.
Ante la inoperancia en ataque y con un dominio sin trascendencia, Tello recibió un balón en la frontal en el minuto 13 y el cuerpo le pidió hacer lo que siempre le sale bien tras un recorte; disparó con potencia al palo largo y de rosca envió el balón al fondo de las mallas (1-0).
Messi, minutos después, lo intentó también fuera del área, pero sin acierto alguno, como que el que tampoco tuvo la defensa azulgrana en el 29, cuando en un arrebato del Emenike por la banda derecha, lanzó un envenenado balón al área, al que no acertó Song en el despeje y sí Alves, aunque lo envió al fondo de su portería (1-1).
Fue un tanto este último que volvió a serenar a los rusos e incomodar a los azulgrana, que no encontraban fluidez en su jugo, ni por el centro ni por las bandas, por donde el Spartak siempre mostraba ayudas necesarias para hacerse superior ante el ataque local.
Busquets, en el 33 de cabeza, y Cesc, en el 37, también con la testa a pase de Xavi, tuvieron buenas ocasiones para haber deshecho la igualdad en el primer tiempo, en el que el Barcelona quedó desdibujado por un rival muy serio en defensa.
En el segundo tiempo, el Barcelona continuó sin respuestas. Ante su pasividad y falta de ideas, al Spartak no le costaba nada armar un endiablado contragolpe que en numerosas ocasiones puso en jaque a la defensa azulgrana.
Ante la falta de creatividad, Alves se sacó un pase en profundidad que Messi lo resolvió con una media vuelta dentro del área a la que el meta Dykan resolvió con una certera intervención. En la continuación, el Spartak volvió a armar un contragolpe que fue letal, ya que el definitivo pase de McGeady a Romulo acabó con éste superando a Adriano y batiendo por bajo a Valdés (1-2).
El Barcelona se armó de paciencia y empujó un poco más al rival hacia su área, donde quejó taponado con la idea de defender al precio que fuese la victoria momentánea y jugársela otra vez a un contragolpe letal como en el segundo tanto.
Al Barça le quedaban más de veinte minutos y, con Alexis ya en el campo, fue a por todas. En una nueva internada, Tello dibujó un regate de muchos quilates dentro del área, sirvió en corto a Messi, que empató (2-2) con un suave toque.
Tito Vilanova metió a Villa por un Tello que salió ovacionado. El Barcelona estaba enchufado, el Camp Nou le estaba ayudando y las cargas ofensivas se sucedían una tras otra, hasta que en un doble centro desde ambas bandas, Alexis le puso un balón de oro a Messi, que de cabeza volvió a marcar (3-2).
Dos tantos de Messi que llegaron al corazón de un Spartak que vio enterrados en dos acciones del rival un buen trabajo en el Camp Nou, donde Emery sumó un nuevo tropiezo contra los azulgrana.