Apenas había iniciado el segundo cuarto cuando, tras un acarreo, Deshaun Watson salió del emparrillado y cayó sentado justo al lado de donde descansaba Patrick Mahomes. Por un instante estaban ahí los dos jugadores mejor pagados de la NFL en una imagen que fue la epítome de su entrelazado camino, mismo que a partir de ese momento se separó para mantener al quarterback de los Kansas City Chiefs nadando entre las mieles de la victoria y al de los Houston Texans resignado a vivir a su sombra, inmerso en un arcaico sistema de juego.
Mahomes fue tan descomunal como tuvo que serlo para ganar su primer anillo de campeonato hace apenas siete meses cuando comandó una remontada en el Super Bowl LIV frente a los 49ers. Lanzó para 211 yardas y tres touchdowns a cambio de ninguna intercepción, para así superar, como de costumbre, otro récord de Dan Marino, esta vez en la mayor cantidad de pases de anotación en sus primeras 32 aperturas como profesional con 79.
En cambio, el egresado de Clemson lució asfixiado por el caos de un equipo cuya brújula parece haberse averiado desde el ocaso de la temporada pasada, cuando las decisiones de Bill O’Brien le costaron la eliminación precisamente en el mismo escenario en el que fue vapuleado 20-34 por el campeón reinante en el Kickoff de la temporada 2020, la número 101 en la historia de la NFL y la más extraña, con butacas semivacías debido a la pandemia.
Deshaun sumó 253 yardas, un touchdown y una intercepción para sellar una actuación que no justificó el jugoso contrato que recién firmó hace unos días. Fue el recién desempacado David Johnson quien dio la cara por los Texans, al anotar el primer touchdown de la temporada en un acarreo de 19 yardas, el más largo de su carrera desde 2018, y terminar con 77 para confirmarse como el mejor exponente del lado visitante.
Pero de inmediato llegó el show de Mahomes para poner orden. Repartió el ovoide; primero a Travis Kelce, en un pase corto de 6 yardas y luego a Sammy Watkins con otro envío corto de 2 yardas. Y luego hizo su presentación Clyde Edwards-Helaire con un poderoso acarreo de 27 yardas para dejar en claro que dará de qué hablar en esta liga, antes del último de los tres pases anotadores del MVP 2018. Houston reaccionó cuando Kansas bajó los decibeles y anotó otros dos con Watson como caballo de batalla, pero ya sin mucha esperanza por delante.
Los Chiefs anotaron un total de 31 puntos sin respuesta en el partido, cifra que, sin embargo, se quedó corta contra los 41 que anotaron a los propios Texans en el Juego Divisional de los pasados Playoffs. Porque por más que Deshaun pueda hacerle sombra a Mahomes, a uno lo respalda una máquina bien engranada por la mente maestra de Andy Reid.