Hace unos días, Christian Eriksen protagonizó uno de los sustos más grandes en la historia del futbol. El jugador danés literalmente murió unos segundos en el debut de la Eurocopa ante Finlandia, tras desplomarse en la cancha y por fortuna, pudo ser estabilizado y hoy en día avanza en su recuperación.

Y aunque sea difícil de creerlo, este no es la primera vez que un futbolista regresa prácticamente de la muerte en plena cancha. Hace 67 años, en plena Copa del mundo, un uruguayo sufrió un infarto al festejar un gol, fue reanimado…¡Y regresó a jugar!.

Se trata de Juan Hohberg, figura charrúa de los años 50, que en la semifinal del Mundial de 1954, anotó el tanto con el que la garra empataba ante la Hungría de Puskas. La emoción fue tanta, luego de venir de atrás 2-0 y empatar el marcador, que el jugador sufrió un paro cardíaco en la celebración.

De inmediato sus compañeros notaron la emergencia y el cuerpo médico inició trabajos de reanimación a un costado de la portería. Masajes al corazón, respiración de boca a boca y nada funcionaba. No fue hasta que el kinesiólogo uruguayo decidió aplicarle coramina oral, un medicamento que estimula las funciones respiratorias y entonces Hohberg regresó a la vida.

Fue llevado a un costado y listo para ser sacado del estadio y llevarlo a un hospital, pero para sorpresa de todos, Jorge se levantó, elongó unos minutos…¡Y REGRESÓ A LA CANCHA!.

El corazón y las ganas de jugar otra Final del Mundo pudieron más, sin embargo poco pudo hacer, ya que los húngaros marcarían dos goles más y se quedarían con el boleto a la Final ante Alemania.

Uruguay por su parte, perdió el partido por el tercer lugar ante Austria, donde a pesar de su infarto, Juan Hohberg jugó y marcó el único tanto uruguayo en la derrota 3-1.