El Capitán del Chelsea, el inglés John Terry, fue declarado hoy por un tribunal de Londres no culpable de las acusaciones de comportamiento racista hacia el jugador del QPR Anton Ferdinand a causa de falta de pruebas.
El defensa internacional por Inglaterra compareció esta semana ante un tribunal de Westminster por un “delito de alteración del orden público con agravante racial” por haber proferido supuestos comentarios racistas contra Ferdinand durante un encuentro de la Premier League el pasado 31 de octubre, según denunció un espectador.
En su comparecencia del pasado lunes, el jugador, de 31 años, se declaró no culpable de dichas acusaciones y, aunque aceptó haber proferido tales insultos, aseguró que solo repitió las palabras que pensaba que le había dicho Ferdinand previamente.
En su veredicto, el juez de distrito Howard Riddle aseguró que “no hay duda” de que Terry se dirigió a su compatriota en términos racistas, pero reconoció que era imposible desmentir la versión del Capitán del Chelsea, por lo que fue declarado no culpable.
Aún así, el juez estimó que es poco probable que Ferdinand le dirigiera previamente esas palabras a Terry, aunque “es posible que el jugador lo creyera así en ese momento” dado el ruido del estadio y el cansancio físico y mental en los compases finales de partido.
“Puede ser que lo dijera sin intención de ser un insulto, sino como un desafío a lo que creía que le habían dicho. En estas circunstancias, al existir dudas, el único veredicto que puede dictar un jurado es no culpable”, concluyó Riddle.
El asunto llegó a un tribunal penal debido a que un espectador del encuentro, celebrado en el estadio del QPR Loftus Road el pasado 31 de octubre, denunció las palabras que supuestamente pronunció Terry.
Tras la sentencia, el Chelsea emitió un comunicado en el que mostró su respeto por la decisión del juez y se alegró porque el jugador pueda centrarse de nuevo en el futbol.
El defensa tuvo que comparecer durante toda esta semana en este juicio donde han participado expertos en leer labios y el técnico del Real Madrid, José Mourinho, que testificó en un comunicado en defensa de Terry.
De haber sido declarado culpable, el Capitán “Blue” podría haber recibido una multa de 2 mil 500 libras (3 mil 075 euros) como máximo.
Con esta sentencia termina un “culebrón” de varios meses que incluso conllevó la retirada del brazalete de capitán de la selección a Terry y la consecuente dimisión del italiano Fabio Capello como técnico por estar en desacuerdo con la decisión de la Federación Inglesa.
En diciembre, la fiscalía británica presentó una acusación contra el inglés por un “delito de alteración del orden público con agravante racial”, y basó sus argumentos en un vídeo en el que aparece Terry dirigiéndose a su compatriota en términos supuestamente racistas.
Una vez comenzado el proceso, el juez Riddle aceptó una petición de la directiva del Chelsea para que aplazara el juicio hasta la conclusión de la Eurocopa de Polonia y Ucrania.
El hecho de que el defensa no pudiera ser declarado culpable antes del torneo facilitó que fuera incluido en la lista de 23 jugadores que representaron a Inglaterra en el europeo, donde cayó en cuartos, en los penaltis, frente a Italia.