El mexicano Andrés Guardado, centrocampista del Deportivo, ha sido el pilar del equipo coruñés en la primera vuelta del campeonato de Segunda División, en la que ha contribuido, con sus goles y sus asistencias, a que el conjunto coruñés sea el líder de la categoría.

Goles, asistencias, pero también trabajo, sacrificio y compromiso han sido las virtudes del internacional mexicano en su debut en la categoría de plata del futbol español, a la que descendió con el Deportivo el pasado mes de mayo después de cuatro temporadas en Primera División.

El último año de Guardado en el conjunto coruñés, que le abrió las puertas del futbol español en 2007, es el más fructífero del jugador de Jalisco tras haber cruzado el Atlántico para afrontar una aventura que la próxima temporada podría continuar en el Valencia, según han apuntado distintos medios de comunicación.

El jugador guarda silencio porque está molesto con los periodistas por haberle atribuido unas declaraciones de su representante en las que dejaba claro su deseo de no jugar en Segunda, y solo ha concedido una rueda de prensa esta campaña (en julio), pero habla en el terreno de juego.

La afición, que en pretemporada le silbó y le insultó, ahora le respeta porque ve su compromiso en el campo, donde se ha convertido en el pilar de su equipo en el ansiado camino de vuelta a Primera.

Se ha perdido partidos por sus compromisos internacionales, entre ellos, el que enfrentó a los coruñeses con su máximo rival regional, el Celta de Vigo, el pasado mes de noviembre, pero sus números son brillantes.

Se resumen en dieciocho encuentros disputados, todos ellos como titular, y mil 543 minutos en el terreno de juego.

En ese tiempo ha sido capaz de anotar ocho goles (máximo goleador del equipo), repartir cinco asistencias y acabar la primera vuelta forzando, con un centro desde la banda izquierda, el gol en propia meta del Villarreal B que consolidó a los coruñeses en la primera posición de la clasificación y le dio el título honorífico de campeón invernal.