Un empate en el Vicente Calderón mantuvo al Mallorca en la pelea por la permanencia para la última jornada de Liga, a la que llega con vida, pendiente de otros resultados, pero con el refuerzo del 0-0 logrado ante el Atlético de Madrid, al que resistió en el tramo final e incluso le inquietó en algún momento.
En un encuentro sin demasiadas ocasiones, con los festejos del equipo local por la consecución de la Copa del Rey, con más opciones para el conjunto rojiblanco, pero también con alguna respuesta visitante, que en sus contadas oportunidades chocó con el belga Thibaut Courtois, el Mallorca logró un botín al que debe dar valor en los 90 minutos finales del campeonato si quiere eludir el descenso.
El Atlético, en cambio, ya lo tiene todo hecho este curso. Tercero en la tabla desde hace un par de semanas y campeón de la Copa del Rey hace nueve días en el Santiago Bernabéu, un título por el que fue aclamado hoy por la afición en los minutos iniciales, su objetivo se centra en terminar con los máximos puntos posibles.
Una meta menor en las dos últimas citas comparada con la del Mallorca. El equipo balear se jugaba todo en el Vicente Calderón. La derrota le enviaba a Segunda, pero el empate, dependiendo de otros resultados, y el triunfo le daban vida para el último episodio de la Liga. Era una ‘final’ para el equipo insular, sin margen de error.
No se notó sobre el terreno de juego salvo los primeros minutos. Fue cuando el Mallorca pareció capaz de discutirle el dominio al Atlético, cuando trenzó alguna jugada interesante y cuando probó a Courtois, que salvó el 0-1 con una ágil parada ante el israelí Tomer Hemed, o se plantó con cierta relevancia en el área.
Sólo fue un cuarto de hora, porque el Atlético le ganó terreno poco a poco, minuto a minuto, hasta que, superado el ecuador de la primera parte, el encuentro ya era suyo sobre el tapete, con menos ocasiones de las habituales, como un tiro del colombiano Radamel Falcao o un cabezazo del brasileño Diego Costa, y sin ningún gol.
Así volvió el partido de los vestuarios, con un empate a nada, con el Mallorca desinflado con el paso del tiempo. Quizá ya echaba de menos a Tomer Hemed, su referencia arriba. De inicio titular, una lesión le apartó del choque antes de la primera media hora. Se había quedado sin su goleador y había perdió toda su presencia ofensiva.
La recuperó por momentos en el comienzo del segundo tiempo con la velocidad del mexicano Giovani Dos Santos. Su futbolista de más talento asumió el mando ofensivo con demasiada intermitencia, pero con verticalidad, pero entonces se encontró con Courtois, que tocó lo justo para desviar un fenomenal lanzamiento de falta del extremo.
Aún demasiado poco para creer en el triunfo, pero el escenario del partido tampoco le incomodaba en exceso al Mallorca, beneficiado por los marcadores de otros campos, hasta que la entrada del Óliver Torres animó al Atlético. Con él circuló mejor y más rápida la pelota y con él llegaron los minutos más atractivos de su equipo.
Fue entonces cuando sí sintió algunos apuros el conjunto balear, porque el Atlético ya jugaba con mucho más constancia en campo rival y porque irrumpió más en la defensa visitante, como en dos acciones del brasileño Diego Costa, al que le faltó culminar una sensacional jugada y que, después, no alcanzó un pase profundo por milímetros.
Un gol anulado por fuera de juego al colombiano Radamel Falcao ya encendió las alarmas en el Mallorca. Un tanto le mandaba a Segunda. La tuvo de nuevo el goleador rojiblanco, que lanzó desviado ante Aouate; después Mario Suárez, con un cabezazo, el brasileño Filipe Luis fue evacuado en camilla en el minuto 90 y el Mallorca aguantó, a punto estuvo de marcar en los instantes finales y se llevó un punto que le mantiene con vida para la última jornada.