¡Gloria e historia en el mítico Estadio Maracaná! Fluminense tuvo más contundencia y mejores individualidades en la Final de la Copa Libertadores, lo que le bastó para derrotar 1-2 a Boca Juniors.

Polémica, grandes goles y sobre todo muchas emociones engalanaron el encuentro, manchado por los enfrentamientos entre aficiones y con la policía. Y en la cancha, los roces también se hicieron presentes, y desde el minuto 30 quedó la polémica con una agresión que no se sancionó de Nicolás Valentini.

Pero Fluminense no se intimidó y al 36′ apareció Germán Cano para poner el primero de los brasileños, con un disparo raso y el punto final para una excelente jugada colectivas. Los argentinos se marcharon al descanso cabizbajos, pero volvieron con la determinación de buscar el empate.

En la segunda mitad, el empuje y la garra xeneize marcaron el rumbo del partido y al minuto 72 un golazo de zurda de Luis Advíncula, a la esquina inferior derecha del arquero, le devolvió la vida a los argentinos que, pese a tener mayor motivación no encontró el segundo que le diera la victoria.

Llegó el alargue y al 99′ John Kennedy prendió de volea el esférico para fusilar al ‘Chiquito’ Romero y hacer estallar el Maracaná de júbilo. Pero tal fue la euforia del futbolista que olvidó que estaba amonestado y tras los festejos recibió la segunda amarilla, con lo que dejó a Fluminense con 10 hombres.

Las circunstancias se emparejaron pronto, cuando Frank Fabra se fue expulsado por un manotazo sobre Nino. De modo que Boca perdió la superioridad numérica, así como las ideas para buscar el empate, pues aunque encerró a los brasileños en el área, sus centros no generaron peligro para lograr el empate y amargar la fiesta del Maracaná.