Un mes y contando. Así de rápido se ha pasado el tiempo para Juan Carlos Ferrero desde aquel martes 23 en Valencia, en su casa, donde disputó su último partido de singles como profesional y olvidarse de los torneos, las giras, los viajes.
En 14 años, Ferrero demostró que el tenis se disfruta mejor en la arcilla, al menos era ahí donde el ‘Mosquito’ se sentía más cómodo, pero la historia llegó a su fin.
“Ya no disfrutaba mientras jugaba, sufría demasiado y no podía ser así. Creo que era el momento apropiado para dejarlo. Estoy intentando organizar mi nueva vida, sin tener que entrenar tantas horas y poder centrarme en mi familia y en mis amigos. Ya llevo demasiado tiempo sin prestarles demasiada atención”, confesó el tenista español en una charla después de que en octubre pasado se retirara.
La decisión de despedirse del profesionalismo, a sus 32 años, le costó demasiado, “una parte de mí me pedía seguir mientras la otra me decía que parara. Creo que era una lucha entre mi corazón, para continuar y mi cerebro, para dejar el tenis”, reveló.
Al cerrar un ciclo, tanto en la vida como en el deporte siempre quedarán cuentas pendientes. En el tenis, Juan Carlos se quedó con una, “quería mantenerme más tiempo en el Top. Después, por culpa de las lesiones tuve siempre unos meses irregulares, buenos, malos, largas lesiones que me mermaron mentalmente”.
Al hablar del verano de 2003, el valenciano recuerda la película de aquel título de Roland Garros ante Martin Verkerk, donde asegura, “toqué el cielo. Creo que fue un momento muy importante, no sólo a nivel deportivo sino también personal. Fue mi sueño hecho realidad. Creo que todos los españoles queremos ganar este torneo y haber tenido la oportunidad fue, para mí, una sensación inigualable”, recuerda.
La Copa Davis de 2000, fue otro gran capítulo en su vida para el español, “recuerdo que era magnífico el ambiente del equipo, la relación entre todos. Creo que eso ha sido algo muy positivo que ha tenido España desde hace muchos años. Ahora mismo hay un equipo increíble. Una generación muy buena con David, Nico, Marcel, Marc y Feliciano”, con quien Juan Carlos desea trabajar, pues advierte, “me gustaría seguir con mi academia y si es posible, llegar a ser el capitán de Copa Davis de España”, dijo.