Ángel di María y Marcelo exhibieron de nuevo su gran momento con dos acciones espectaculares tumbaron al Sporting de Gijón (0-3) y mantuvieron al Real Madrid firme y serio en lo más alto de la tabla.
El partido dejó clara una reflexión. No luce igual el Madrid con Xabi Alonso que sin el futbolista guipuzcoano en el once inicial. No estuvo Xabi y quedó refrendado que el campeón del mundo es un futbolista imprescindible en la plantilla.
El primer tiempo fue intenso. Poco futbol, juego trabado y mucha amonestación. Iturralde González, el árbitro, fue el gran protagonista. Apeló a la amonestación para prevenir, con ese criterio, el hipotético encuentro duro que se anunciaba. Y él empleó esa fórmula para avisar a los contendientes.
Por ahí vino la expulsión de Rui Farias, el ayudante de Mourinho. Le costó de inicio más al Real Madrid ganar al Sporting. Y es que Manuel Preciado es de los pocos entrenadores que sabe poner un cortocircuito al Madrid.
La ausencia de Xabi Alonso, como era lógico, se notó. Más de la cuenta. Mourinho no acaba de confiar aún en Sahin de titular. Puso a Lass en esa posición de medio centro al lado de Khedira. E innovó con Fabio Coentrao en el lateral derecho. Para Mourinho es el comodín del equipo.
Lo que no puede controlar Preciado en cambio es un error de novato de Damián, su lateral derecho. Le robó con astucia Di María la pelota en el costado izquierdo del área y sorprendió sin ángulo el argentino a Juan Pablo. Un golazo. Uno más de Di María esta temporada.
Se le ve a gusto a Di María en el campo. Aparece en los momentos clave. Hoy, de nuevo en el segundo tiempo, dibujó un hermoso pase al hueco a Cristiano, que no perdonó. Cristiano Ronaldo mandó el balón a la red. Era el 0-2, celebrado en el campo con una alegría especial. Llega el Real Madrid al clásico ante el FC Barcelona sin perder puntos y con la euforia por las nubes.
A partir del gol de Cristiano, que marcó su gol 17 en la Liga, el Real Madrid ahora sí llevó el mando absoluto. Mourinho dio descanso a Di María, Ozil e Higuaín. Y el Sporting bajó el tono especialmente ya tras la expulsión de Eguren.
Para acabar el partido, Marcelo rubricó un golazo y puso el 0-3 definitivo. Marcelo puso la guinda a una brillante actuación personal.