Aunque en su mente no hay otra cosa que tomar revancha tras su mala actuación en el Gran Premio de Emilia-Romaña hace un par de semanas, Checo Pérez se da tiempo para disfrutar de su primera temporada con Red Bull Racing, por eso el mexicano tomó parte de una singular dinámica con uno de los patrocinadores de la escudería.

A bordo de un “coche miniatura” que pareciera carrito chocón de feria, Checo y Max Verstappen se retaron a un duelo que sirvió para probar uno de los nuevos combustibles, pero todo fue en un ambiente distendido en el que el tapatío terminó “empanizado” en color azul como Pitufo.

En una faceta poco vista de Verstappen, el holandés terminó de rodillas carcajeándose de cómo se veía totalmente pintado de rojo y Sergio Pérez de azul, todo esto a días de que se corra el GP de Portugal de la Fórmula 1, que será el tercero de la temporada.