Apenas llega a su asiento en plena conferencia y Floyd Mayweather se sumerge en su celular caratulado con el TMT (iniciales de The Money Team, el “Equipo de Money” en inglés). Poco le interesa que el evento gire en torno a su persona y mucho menos que promotores y entrenadores lancen discurso de su pelea del sábado ante el mexicano Saúl Canelo Álvarez.
Una vez más se muestra arrogante. Y cuando suelta su aparato de comunicación, ya encuentra otra distracción, que es ajustar su ostentoso reloj. Son muestras de lo poco que le interesa enfrentar a un invicto mexicano que ostenta dos coronas mundiales en la división superwelter.
“Él [Saúl Ávarez] tiene una marca de 42-0, pero no ha estado 42 veces contra Floyd Mayweather o estaría 0-42. No importa el rival, ni lo que traiga. No lo tengo que estudiar porque sé lo que tengo que realizar para aumentar mi marca vencedora”, suelta confiado el estadounidense.
El nombrado Money recuerda que por algo es campeón en ocho ocasiones, que han sido a lo largo de cinco divisiones. Así también menciona que el Pay Per View (Pago Pago por Evento, en inglés) debería de llamarse Mayweather View.
“Nací para estar en este nivel, me he preparado como siempre y este 14 de septiembre me enfrentó a uno más. Estoy en el pináculo de mi carrera soy el mejor. Me dedico mucho a esto. Trabajo duro y dedicación”, acotó sincero el estadounidense.
La única ocasión en la que levantó la vista durante la conferencia final de su afrenta ante El Canelo, fue para escuchar al propio mexicano. Además se interesó por observar de cerca el cinturón de diamante hecho de oro puro que pone en disputa el Consejo Mundial de Boxeo. Por lo demás, fue un evento cualquiera para Floyd, pese al inédito interés mediático y del público que la pelea ha generado.