El Bayern Múnich se ha asegurado hoy su vigésimo tercer título de la Bundesliga, tal vez el más deseado por el equipo bávaro en los últimos tiempos después de dos temporadas de ayuno en las que su hegemonía estuvo amenazada por el Borussia Dortmund.
La historia de la conquista de esta Bundesliga pudo empezar después de la final de la Copa de Alemania de la pasada campaña, en la que el Dortmund prácticamente pasó por encima del Bayern y le derrotó por 5-2.
Tras aquel partido, el presidente del consejo directivo del club bávaro, Karl-Heinz Rummenigge, reconoció que había un equipo que en aquel momento era superior al Bayern en Alemania.
El Bayern empezó a trabajar de inmediato y fichó al central brasileño Boafim Dante y al centrocampista Javi Martínez.
El fichaje del español fue muy discutido por su precio, 40 millones de euros, que marcó un récord en la historia de la Bundesliga.
El entrenador, Jupp Heynckes, fue quien recomendó el fichaje de Javi Martínez.
La apuesta por el español tenía dos explicaciones. Por un lado, lo que también justificó el fichaje de Dante, el Bayern necesitaba más estabilidad defensiva. Además, estaba claro que Bastian Schweinsteiger necesitaba un ‘guardaespaldas’ para poder desarrollar todo su talento ofensivo.
Heynckes, que será relevado al final de la presente temporada por Josep Guardiola, se hizo cargo del equipo en sustitución de Louis van Gaal, con quien el Bayern había llevado la obsesión por la posesión de la pelota hasta el absurdo.
Contra el Dortmund en aquella temporada, el Bayern perdió dos partidos teniendo casi el setenta por ciento de posesión del balón, pero sin lograr disparar casi nunca a la portería contraria.
Heynckes asumió la herencia de Van Gaal sin proponerse grandes revoluciones. La idea de dominar la posesión del balón siguió viva, pero agregó verticalidad y dio más libertad creativa a los jugadores, algo que en la época del holandés sólo podían permitirse Franck Ribéry y Arjen Robben.
En la primera de temporada de Heynckes la propuesta no fue suficiente para alcanzar los objetivos, en buena parte por los problemas defensivos, que se propuso corregir en la presente.
En ello puso todo su empeño y, además, los jugadores se han mostrado en la presente campaña más hambrientos que nunca.
Su ansia pareció parcialmente saciada después de los cuartos de final de la Copa de Alemania, cuando el Bayern derrotó al Dortmund y celebró el triunfo como si de un título se tratase.
Después vino un bajón, no en los resultados pero sí en el juego, pero el equipo reaccionó y volvió a mostrar su mejor versión.
Ahora, la tarea de Heynckes será mantener la convicción en el grupo de que el trabajo no ha terminado. Quedan dos títulos en disputa, la Copa de Alemania y la Liga de Campeones -en la que fue finalista en 2012-, y en una temporada como ésta el Bayern tiene que aspirar a ellos.