Barcelona pudo con la Juventus (3-0) y con la sombra de Leo Messi en el primer Trofeo Joan Gamper sin el argentino, añorado por una grada que coreó su nombre y por un vestuario que lo recordó en los parlamentos previos al partido.
Una vez rodó el balón, el primer gol del Barça llegó en el primer ataque azulgrana. Una triangulación en el minuto 3 entre Braithwaite, Demir y Memphis Depay la aprovechó el neerlandés para irrumpir solo por el centro de la defensa y batir a Sczesny en el mano a mano.
Todo parecía alegría tras el tanto culé, con la afición, por fin de vuelta en el estadio, jaleando cada buena acción de sus jugadores, que se mostraban muy móviles, derrochando verticalidad y ganas de gustar.
El regocijo se olvidó rápido cuando en el minuto 10 la grada, que había pitado a Pjanic y a Umtiti en la presentación, coreó el nombre del gran ausente, Leo Messi, en homenaje al dorsal del argentino.
El equipo turinés puso durante varios minutos en aprietos al Barcelona, sobre todo en salidas con velocidad y en saques de esquina, siempre rematados ante la defensa azulgrana.
Paradójicamente, el Barça dobló su ventaja en el minuto 57 desde el saque de esquina. Braitwhaite, todo convicción, envió a la red de un fortísimo cabezazo un centro de Memphis.
Llegada la hora de partido, Koeman movió el banquillo para hacer debutar a Emerson y dar entrada a Nico González y a Umtiti, abucheado con insistencia, mientras Allegri acabó de cambiar por completo el once.
Griezmann tomó el papel de protagonista y trató de involucrar tanto a los jóvenes como al debutante Emerson, nervioso en sus primeros compases como jugador del Barça.
El otro extremo azulgrana, Memphis Depay, dispuso de otra buena ocasión en el minuto 78 al empalar desde el punto de penalti un balón llovido de una serie de rebotes. El tiro, forzado, le salió al muñeco.
Cuando ya moría el partido y sonaban los ecos de nuevos cánticos a Messi, Riqui Puig puso, en la última jugada, el broche al Gamper con un tercer gol desde la frontal del área.