La primera temporada de Aaron Rodgers con los Jets de Nueva York solamente duró cuatro jugadas. Su impacto se sintió mucho más extenso.

El quarterback de 40 años fue elegido por sus compañeros de equipo en los Jets como el ganador del premio Dennis Byrd como el Más Inspirador el viernes, por su continuo liderazgo durante su rehabilitación de un desgarro en el tendón de Aquiles izquierdo que le puso fin a su temporada.

“Es simplemente el efecto que ha tenido en el vestidor en tan poco tiempo la razón por la que creo que ganó este premio y por qué todos los muchachos aquí votaron por él”, dijo el wide receiver Garrett Wilson. “Dice mucho de él y el cómo ha abordado el convertirse un jugador de los Jets y estar aquí con nosotros, ya sea que esté en el campo o no”.

Rodgers se lesionó en el primer juego de la temporada en contra de Buffalo el 11 de septiembre, pero inmediatamente se concentró en tratar de conseguir un improbable regreso de una lesión que generalmente le toma a los jugadores entre seis y nueve meses recuperarse por completo.

Según los informes, el cuatro veces MVP de la NFL, se sometió a un procedimiento de “puente rápido”, un aparato ortopédico interno en el tendón de Aquiles, que ayuda a acelerar el proceso de recuperación. Estaba intentando recuperarse de esa lesión más rápido que cualquier deportista profesional conocido.

Rodgers consiguió un gran avance, se reintegró con el equipo en la semana 12 después de rehabilitarse principalmente en el área de Los Ángeles y los Jets abrieron su ventana de entrenamiento con el equipo el 29 de noviembre. Sostuvo que apuntaba a regresar al campo de juego esta temporada, pero la condición era que Nueva York se mantuviera en la pelea por los playoffs. Después de que los Jets (6-10) fueron eliminados de la carrera y sabiendo que no estaba al 100% sano, Rodgers se concentró en estar listo para la siguiente temporada.

Los Jets lo activaron de la lista de reservas lesionados el 20 de diciembre, aunque no volvería a jugar esta temporada, para que pudiera seguir entrenando con sus compañeros.

El premio lleva el nombre del fallecido Byrd, cuya carrera se vio truncada en 1992 debido a una fractura en el cuello.