Un adolescente acusado de matar a un árbitro de fútbol en Utah por la marcación de una falta, se declaró culpable el lunes de homicidio en un caso que ha centrado de nuevo la atención sobre la violencia en los deportes.
Los abogados del joven y los fiscales negociaron los cargos, y llegaron a un acuerdo en los momentos en que el juez planeaba escuchar testimonios para decidir si el joven de 17 años debía ser juzgado como menor o como adulto. Según el acuerdo, los fiscales aceptaron mantener el caso en el tribunal de menores.
La policía dice que el joven le pegó en la cabeza una vez a Ricardo Portillo, de 46 años, después de que el árbitro le sancionara una falta durante un juego el 27 de abril de este año.
Portillo, un mexicano que dirigía partidos de una liga juvenil hispana, falleció luego de pasar una semana en estado de coma. Le sobreviven tres hijas.
“Yo estaba frustrado con el árbitro y le causé la muerte”, dijo el adolescente en voz baja.
Su abogado dijo que era “un buen muchacho y un excelente alumno que cometió un error terrible”.
El joven fue acusado de homicidio por agresión, lo cual significa que causó una muerte sin intención la intención de cometerla.
El viernes, el abogado del menor, Monte Sleight, reconoció en una reunión privada con los fiscales y la jueza de lo juvenil Kimberly Hornak que hay causa probable de que el menor cometió el crimen.
Los fiscales querían enjuiciar al joven como adulto debido a la gravedad de lo sucedido, y que cumplirá 18 años dentro de tres meses. En una audiencia anterior en que la defensa pidió que se permitiera al acusado irse a casa con su familia mientras el caso avanza, los fiscales dijeron que el menor y su familia podrían huir.
Patricia Cassell, fiscal adjunta de distrito del Condado Salt Lake, señaló que el joven y su padre abandonaron la cancha de fútbol después del incidente a pesar de que se les dijo que se quedaran. Esto incluso antes de saber que Portillo estaba grave. Ahora que enfrenta la posibilidad de ir a prisión, el menor y su familia podrían huir, señaló Cassell.
Sin embargo, Sleight afirmó que el joven viene de una familia trabajadora y estable que ha vivido en Utah durante 20 años, señalando que el menor se entregó voluntariamente a la policía después del incidente.