La historia de Lionel Messi comenzó hace 10 años en un derbi, en Montjuïc. El joven fenómeno del Barça B que había viajado con el primer equipo a un duelo frente al Porto un año antes y que había participado en la pretemporada en Peralada sustituyó en el minuto 82 a Deco, que había resuelto el encuentro en el primer tiempo con un único gol.
De aquel minuto, anecdótico en su momento, hoy se cumplen diez años. Una década en la que aquel joven argentino llamado Lionel Messi fue artífice de la mayor explosión de futbol y títulos con la que jamás habían soñado los socios y aficionados barcelonistas, especialmente los de mediana edad que habían llegado a saborear una Liga en un cuarto de siglo.
“Nunca olvidaré el hecho de que él (Frank Rijkaard) impulsó mi carrera, que fue él quien tuvo la confianza en mí cuando yo sólo tenía 16 o 17 años”, dijo el delantero argentino durante una entrevista.
La carrera de Leo Messi marca un ascenso estratosférico de la historia del Barça, diez años en los que el mundo se ha rendido a los pies del juego de los azulgrana y, sobre todo, del pequeño argentino. Cuatro Balones de Oro. Tres Champions. Si bien es cierto que se perdió la Final de la primera de ellas por estar lesionado, Leo ya había causado en el camino hacia París el pánico en casa del Chelsea. Fue él quien inspiró el término ‘teatro del bueno’, acuñado por Mourinho.
Dos veces ganador del Mundial de Clubes, antes Intercontinental. El primero, resuelto por el argentino con un gol marcado con el escudo en la prórroga tras un sufrimiento épico. Un gol que ponía fin a la última gran frustración del barcelonismo y que rubricaba los seis títulos. Pero lo que es bestial es que hasta 2004 el Barça llevaba 16 Ligas. Desde entonces, seis. Más de un tercio.
Lleva 361 goles oficiales. El primero llegó en la misma temporada 2004-05, en la penúltima jornada. Leo jugó los minutos finales de siete partidos de aquella Liga, con el dorsal ’30’. Después tomó el ’19’. Y cuando Ronaldinho, su ídolo en el conjunto blaugrana, lo liberó, se quedó con el ’10’. Su gol al Albacete, el primero de todos, le valió la admiración de ‘Ronnie’. Marcó y el árbitro anuló el gol.
A la jugada siguiente, repitió exactamente la misma acción y esa vez ni Mateu Lahoz se habría atrevido a anularlo.
Se cumplen diez años de disfrutar con el que nadie puede discutir que ha sido mejor jugador de la historia del Barça. Y el trayecto aún no ha terminado.