Belo Horizonte, Brasil.- La Copa del Mundo es el evento número uno del planeta, es el lugar donde nacen las grandes leyendas y se desarrolla cada cuatro años en un país que viste sus mejores galas para recibir a los miles de aficionados que asisten a esta justa futbolera, o al menos así debe ser.
Brasil 2014 ha sido un mundial de contraste, por un lado se vive la gran fiesta y por otro existe la realidad de la sede, como ellos mismos lo dicen, Brasil no estaba lista, por un lado disfrutan de ser los anfitriones del mundo y por otro sufren por tantas carencias.
En Brasil se respira pobreza, algo que ni siquiera se vio en Sudáfrica, por lo menos no a los ojos del mundo, en Brasil sales del aeropuerto y en menos de un kilómetro ya vez necesidades básicas de drenaje y alcantarillado, una buena lluvia ya tenía inundada las calles que salen del aeropuerto de Recife.
En un corto trayecto se ven lugares de pobreza extrema, favelas de techos, paredes y pisos de lámina, madera, plástico y otros materiales.
Los problemas del mundial
No sólo en los partidos ha habido problemas, también muchos aficionados mexicanos se han quejado de robos en plena luz de día en calles de Brasil, lugares cercanos a los fan fest pueden ser muy peligrosos si se viaja en un grupo reducido, Mauricio y un grupo de amigos que viajaron de México a ver a la selección platican como gracias a un taxista, pudieron evitar un robo a los once que caminaban cerca del estadio Pernambuco de Recife, sede del partido México vs Croacia.
Y es que dos jóvenes en bicicleta se detuvieron frente a ellos y con pistola en mano les pidieron el dinero, para su fortuna, al no entender el idioma, corrieron a un taxi que aceptó subir a todos, logrando escapar.
“Éramos once en un taxi, bien buena gente el señor nos aceptó y después de salvarnos lo invitamos a cenar, era lo mínimo que podíamos hacer”, señala el del Distrito Federal.
Brasil actualmente vive en una situación muy difícil económicamente y no es que no quieran la Copa del Mundo, pero piensan en las prioridades que tiene el país. Eso le da una importancia mayor para ganar la Copa, que el hexacampeonato se quede en casa, es por eso la pasión que viven cuando cantan el himno nacional, los aficionados lloran y sufren por una Copa que representa más que un simple campeonato de fútbol.
La otra cara
En Brasil no sólo están los problemas, también existe lo que para los visitantes no pasa por alto, la fiesta del fútbol, la Samba y la grandeza de un país que vive intensamente, hay de todo, desde lujo en alta mar con el crucero de MSC Divina, una novedad de este mundial, con más de 3000 camarotes (habitaciones), casinos, restaurantes de lujo, bares, discotecas y albercas, el lujo que ofrece a la tripulación es algo que será recordado por todos los que lo pisaron, viajar de una sede a otra en este barco es un lujo que se dieron miles de mexicanos, en él se podían encontrar desde periodistas, artistas, hasta el ex Presidente de México, Felipe Calderón.
Otro punto importante para los que visitan la sede mundialista es que encuentras los mejores servicios, grandes atractivos turísticos, playas increíbles, eso sí, a un alto costo, nadie dirá que Brasil fue un mundial barato.
Los mexicanos pagaron
Para los que siguen a la selección nacional, el Mundial ha ido tomando forma conforme se ha ido ganando, Mundomex reportó incremento en la compra de paquetes conforme México va avanzando.
Y es que a esta selección no se le tenía la misma fe, después de cuatro entrenadores y un viaje de 22 mil kilómetros para obtener el pase a la Copa del Mundo, nadie puede culpar a la afición por dudar de ellos, las victorias y las buenas atracciones han ido haciendo que está fiesta siga creciendo.
México le ha puesto color como acostumbra a un mundial que tiene muchos problemas y contrastes.