El Año Nuevo que está por llegar tendrá como última gran noticia del 2020 que una hora antes de la medianoche del jueves, el Reino Unido cortará definitivamente sus lazos con la Unión Europea poniendo fin a 48 años de agitada relación con el llamado Brexit. “Es un momento increíble. Tenemos nuestra libertad en nuestras manos y depende de nosotros aprovecharla al máximo”, dijo el primer ministro británico, Boris Johnson, en un discurso de fin de año difundido horas antes de esta histórica salida.

Brexit: la salida del Reino Unido de la Unión Europea

Tras años de caos y enfrentamiento político, el Reino Unido salió oficialmente de la UE el pasado 31 de enero, poniendo en práctica lo que los británicos decidieron por 52% de votos en un controvertido referéndum en junio de 2016, pero durante once meses el país estuvo en un “período de transición” durante el cual siguió aplicando las reglas europeas mientras negociaba su futura relación con sus 27 exsocios. La negociación, que en varias ocasiones pareció destinada al fracaso, acabó dando frutos el 24 de diciembre: Londres y Bruselas cerraron el tratado de libre comercio más completo y exhaustivo posible en el plazo récord de diez meses.

Con él, la UE ofrece un acceso inédito sin aranceles ni cuotas a su inmenso mercado de 450 millones de consumidores a cambio del compromiso británico de respetar normas que evolucionarán con el tiempo en materia de medioambiente, derechos laborales y fiscales, para evitar toda competencia desleal. Esto evitará que a las 23:00 horas locales de este 31 de diciembre se instale el caos en las fronteras británicas, sus puertos se vean bloqueados por la acumulación de cargas sometidas a trámites aduaneros y el Reino Unido sume la escasez de productos a la tristeza de un tercer confinamiento provocado por un fuerte resurgimiento del coronavirus.

¿Qué es el Brexit?

Brexit es una abreviatura de las palabras inglesas Britain (Gran Bretaña) y exit (salida), y es el término acuñado para referirse a la salida de Reino Unido de la Unión Europea, a la que perteneció desde el 1 de enero de 1973 y que entre otras cosas implicaba la aceptación de las llamadas “cuatro libertades fundamentales”: la libre circulación de trabajadores, mercancías, servicios y capitales.

El principal argumento de la campaña a favor de la salida fue que con el Brexit los británicos iban a “recuperar el control” sobre sus propios asuntos, en particular sobre sus fronteras, lo que permitiría un mejor control de la migración.