La novia de Íker Casillas, Sara Carbonero no sólo provocó un escándalo por su supuesto sueldo de 600 mil euros al años, ahora está en boca de todos porque asistió a la boda de su amiga y colega Susana Guasch con Carlos Vanacloche y rompió con el protocolo al llevar un vestido blanco.
Además, aseguran que la periodista y conductora perdió la educación y el estilo porque su atuendo era demasiado provocador, pues no tenía una manga, estaba muy corto y era de encaje. Una elección que vista desde cualquier perspectiva, era errónea.
Al parecer a Sara le está gustando llamar la atención un poco más de lo acostumbrado, pues su estilo es mucho más clásico y sin duda, de acuerdo con el especialista en protocolo Miguel del Amo, su elección fue atrevida. Pero a pesar de que la opinión pública no la favorece, a ella parecen no importarle las críticas.