Finales de los 90, la música pop vive un boom con Backstreet Boys y NSYNC, pero hay una artista destinada a la grandeza bautizada como La Princesa del Pop. Ella es Britney Spears, quien rompe récords de ventas y llena conciertos en todo el planeta, pero la entonces adolescente no se imagina que en 2021 estará peleando por recuperar el control de su vida, en decisiones tan elementales como elegir si se embaraza.

Este miércoles, Britney Spears se presentó virtualmente ante una jueza en Estados Unidos para exigir su libertad y el fin de la custodia que desde 2008 ejercen su padre, Jamie Spears, junto a un fideicomiso, negándole cualquier posibilidad de libre albedrío en temas económicos e incluso personales, todo por una orden judicial emitida entonces.

En aquel año, la cantante de Oops! I Did It Again sufrió un colapso nervioso que derivó en la inolvidable imagen de la artista rapándose en un salón.

A partir de ese momento, su carrera y vida personal se fueron en espiral descendente con presentaciones penosas y caída en excesos.

“No estoy contenta, no puedo dormir, estoy enojada y deprimida. Antes creía que nadie me iba a creer, creía que la gente se burlaría de mí, pero ahora quiero mi vida de vuelta, ha sido suficiente (…) Todos los involucrados en esta custodia, mi padre, mi mánager, todos deberían estar presos por lo que me han hecho”, declaró este miércoles Britney, en palabras recogidas por El País.