El nombre Cuauhtémoc, en náhuatl moderno “Kwāwtemoc”, significa “águila que desciende” y es uno de los más representativos en la historia de nuestro país por su sentido heroico, ligado a pelear por lo justo contra las fuerzas enemigas.

Y es que uno de los personajes más reconocidos en la época del México prehispánico y la Conquista es justamente Cuauhtémoc, quien vivió del año 1496 a 1525 y, como el último emperador azteca, luchó arduamente contra los españoles comandados por Hernán Cortés, y es recordado como héroe.

La connotación del nombre es peculiar y, por estos motivos, la señora Hortencia Bravo no dudó en ponerle así a su pequeño hijo en 1973, aunque reconoció que al Temo nunca le ha gustado llamarse de esta manera.

“Se lo puse porque es un nombre azteca y quiere decir águila que cae. A mí me gustó desde que nació”, compartió la madre del Cuau.

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Incluso, en sus épocas de adolescente, recordó que el ex jugador de las Águilas se lo cambiaba por otro porque simplemente no le agradaba.

“A él nunca le ha gustado (el nombre de Cuauhtémoc). De hecho con la novia se ponía Roberto”, recordó la señora Hortencia entre una sonrisa.

NACIÓ CON ESTRELLA

El 17 de enero de 1973 la señora Hortencia Bravo ‘dio a luz’ a Cuauhtémoc Blanco en la Ciudad de México y, desde su nacimiento, presintió que sería alguien importante en esta vida. Sobresalir no fue fácil, pero triunfar en el futbol y estar ahora como Gobernador es sinónimo de que nunca dejó de luchar.

“No me sorprende lo que ha logrado porque nació con estrella mi hijo”, señaló la mamá del Cuau.

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“Recuerdo todo cuando era niño, era muy travieso, aguerrido, nunca se dejó de nadie. Y hasta la fecha me dice ‘Madonna’, mi hermana la ‘Chachita’, él sigue siendo un niño. La verdad le deseo lo mejor, que viva muchísimos años más y siga siendo la persona que es, muy sencilla. Que Dios lo bendiga”, agregó.

Aunque el Temo quiso continuar con sus estudios en el Politécnico Nacional en su etapa de adolescente, no contó con la fortuna de quedarse y de ahí metió velocidad a sus sueños de ser futbolista profesional.

“Hizo un examen para el Poli y lo rechazaron, y ya después se dedicó de lleno al futbol. Pero yo desde los 6 años le vi cualidades a mi hijo y cuando empezó en el América siempre hablamos de tener los pies sobre la tierra y humildad”, recordó la señora Bravo, quien fue madre y padre para la leyenda azulcrema.

“Para mis cuatro primeros hijos sí (fue madre y padre), la verdad me siento muy orgullosa porque ninguno se me torció. Hasta la fecha todavía les jalo la rienda”, indicó.