Por: Fahara Mercado
Desde las seis de la tarde el Estadio Marte R Gómez empezaba a cobrar vida, desfilaban en su mayoría camisetas amarillas y banderas del equipo visitante, Tigres, pocas playeras naranjas arribaban al encuentro.
Los vendedores ambulantes estaban pintados de amarillo y azul. De correcaminos había poco.
Uno a uno los jugadores de Correcaminos llegaron sin aficionados para recibirlos, a diferencia de los Tigres quienes al bajar del autobús recibían los gritos de los aficionados dándoles la bienvenida.
Dentro del “Marte”, el sol intenso hacía ver aquellas gradas aún más vacías, parecía que esa era la razón por la que los ‘hinchas’ naranjas no hacían acto de presencia.
El sonido local inició la ambientación y poco a poco las gradas en preferente cobraban vida, por un lado los de la Plebe entonando fielmente los himnos para el ave, por otro la porra que vestía de amarillo entonaba el famoso “Tigeres”.
Mientras tanto, fuera del recinto, ya existía un conato de bronca entre ambas porras, que no pasó a mayores, simplemente dieron algo de sabor y tensión al encuentro.
Inició la presentación del equipo, uno a uno los elementos del plantel desfilaron por la valla de banderas y medios de comunicación que los conducían a pisar la cancha, para algunos la primera vez vestidos de naranja en el mítico estadio, para otros el regreso a buscar el sueño de Primera División.
Los 28 elementos al centro de la cancha recibieron los aplausos de los pocos aficionados que se dieron cita por Correcaminos.
Y salieron a la cancha los regios, abucheados y al mismo tiempo aplaudidos.
Inició el encuentro, Correcaminos buscó tener la posesión del balón, el primero en intentar hacer daño en la portería de los Tigres fue Jorge Ocampo ” Schuster”, pero el balón solamente pasó por encima del travesaño.
Tigres tomó el balón y controló el ritmo del partido, al minuto 20 José Rivas hizo el primer gol del encuentro, y los Tigres en las gradas sonaron.
Correcaminos apretó y buscó el empate, llegando en un disparo de Roberto Nurse, para generar el gol y los hinchas apoyaron regresando el ambiente que mejoraba.
No solo en la cancha se disputaba la victoria, ambas porras en las gradas iniciaban una guerra de canticos y abucheos.
El ritmo de juego se volvió tedioso para los naranjas, que no encontraban la conjunción de las jugadas que realizaban, lo que ocasionó el descuido de la defensa del ave y generó el segundo gol por parte de los regios, Gerardo Lugo fue el autor.
Estaba claro que no era ni el mejor ambiente, ni el marcador deseado para un partido de presentación ante la afición victorense, que de por si no respondió con una buena entrada.
El medio tiempo estuvo cargado de dudas entre la afición de si el equipo de casa podría o no al menos empatar el marcador, mientras algunos aficionados aprovechaban para cenar, otros ya rellenaban sus vasos, había de todas formas que buscar la manera de pasar el rato.
Inició el segundo tiempo y Correcaminos salió a la cancha con cinco cambios, Joaquín Del Olmo intentaba reacomodar su once inicial, realizando cuatro cambios más, pero ninguno resultó y el partido terminó en desventaja de dos goles a favor de los Tigres y uno para Correcaminos.
A pesar del resultado al final los aficionados aplaudieron el esfuerzo de los naranjas y si bien no se fueron contentos por la derrota, si con un buena sabor de boca, y es que hacía falta actividad futbolera en Ciudad Victoria.
Al final, jugadores de ambos equipos intercambiaron saludos, los hermanos Pulido ocuparon el centro de la cancha y los aficionados aprovecharon para fotografiarse con Alan, el tigre victorense.
Un partido donde los naranjas comprobaron que aún les falta y están en proceso de acoplamiento de cara al inicio de torneo.