El camino puede ser alentador si hay elementos o puede ser desalentador si no los hay, mucho depende de las circunstancias que se presentan, hoy en día en Correcaminos ese barco para la mayoría se ha ido, sus ilusiones son pocas o nulas, declaran como “hundido” el cariño que se le tiene, sin embargo hay fieles que siguen esperando.
Desafortunadamente no siempre la esperanza va acompañada, las circunstancias han puesto en tela de juicio cada paso que da el equipo, los resultados lo marcan, la poca transparencia con la que se manejan les ha ayudado andar en lo oscurito, como quien prefiere no darse a notar por sus pobres resultados.
Así es este Correcaminos, quiere hacer mucho y al final los resultados son los mismos, le pone énfasis en cosas mediáticas, no tiene credibilidad, prefiere pelear con la comunicación, intenta demeritarlos pero al final los resultados no lo avalan, el récord es triste en liguillas, ya no hablemos de campeonatos o cosas que importen, una ‘fiesta grande’ en cinco torneos.
Jugadores extranjeros vienen y se van, como si el mayor negocio de Correcaminos fuera contratar y no generar, sus fuerzas básicas son una sombra de un programa que les da recurso federal y que hasta tuvieron que poner de Director a un jugador que tiene carrera por andar, total, oportunidad no le iban a dar.
Ni Rafael Flores Alcocer como Presidente, Leopoldo Castañeda como Director Deportivo, o Miguel Mansur como Director Administrativo, han puesto en marcha un plan (proyecto) fijo para salvar a este Correcaminos, solo han ido navegando, como quien no quiere llegar a su destino.
Dice un refrán japonés que “es mejor viajar lleno de esperanzas que llegar”. La frase tiene la virtud de ayudarnos a entender la importancia de ponerle ilusión al camino, así lo explica Jorge Valdano en su libro “Los 11 poderes del líder, el futbol como escuela de vida”, pero, ¿porque no llegar?
Egidio Arévalo para algunos ilusiona con sus 37 años, no sé si es por su pasado mundialista, su “garra charrúa” o porque puede exigir con su jerarquía algo que ni Carlos Reinoso pudo lograr, y es estar dentro del rectángulo verde dirigiendo “la orquesta” donde se dan los resultados, donde más han fallado.
Ya los leo dirimir si Carlos Reinoso puede o no puede, lamentablemente no lo hizo el torneo pasado, perdió credibilidad al no cumplir su promesa; dijo “del uno al cuatro en la tabla general y mínimo liguilla”, que fácil se escucha decirlo, cuando dices: “o si no me voy del equipo”.
Reinoso se quedó, continua al frente Y NO CUMPLIÓ, capacidad tiene, más capacidad tuvo como jugador que como estratega, pero la tiene, sin embargo el problema no es él, así lo dejó en claro Gustavo Ramírez, huyó despavorido a pesar de que fue apoyado durante su lesión, jugadores prefirieron irse antes de seguir, ¿nadie pregunta QUE PASA?
La historia de Arévalo Ríos en Correcaminos va a quedar marcada, es un jugador que se antepone, es probado, si se va en 6 meses o un año futbolístico y nada pasa, se replicará lo que ha sucedido con Ordiales, Vuoso, Rayas, Danilhino, Luca, Culma, etc, etc, etc… larga lista.
Entonces, ¿lo salva o no lo salva?