Cd. Victoria, Tamaulipas.-El 7 de febrero de 2019 fue un día especial para la perla tamaulipeca, y es que un singular personaje hacía su arribó a Victoria, aquel que con su carisma y ocurrencia provocaba que una ciudad se dividiera, y sí, el “Pelusa”, el “Diego”, el “Gordo” o como todos lo conocemos Maradona, llegaba a esta ciudad para enfrentar a Correcaminos en la antigua y extinta Liga de Ascenso MX.

Eran las 19:20 horas de ese día y un pequeño grupo de seguidores se encontraban a la espera de la llegada del astro argentino, para tratar de tomarse una foto o robarle una firma. A las 19:45 horas el “Pelusa” asomaba sus narices, provocando la algarabía de los victorenses que esperaban su salida, ya fueran grandes (de edad) o chicos, lo que querían ver.

Fueron alrededor de 10 minutos en los que la seguridad del estratega de Dorados y la del propio Aeropuerto decidieron sacar al argentino por una puerta alterna para subirlo al autobús, donde este saludó y dio unos segundos a sus seguidores, a los que saludó desde arriba de su trasporte.

Al llegar al hotel de concentración, mientras D10S descendía del transporte y se dirigía a su habitación bajo un fuerte dispositivo de seguridad, otro buen número de personas lo recibía con efusivos gritos de apoyo.

El día del partido Victoria, se mostraba diferente, la gente decía -“¿Sabías que Maradona esta en Victoria?-”, -“Que juega contra el “Corre””-, y es que todo ese día los reflectores se encontraban enfocados en la capital tamaulipeca, una ciudad que volvía a vivir y sentir que era una plaza de buen futbol.

A pesar de que el astro no salió del hotel de concentración, las redes sociales se volvían locas, buscando al estratega en cualquier foto o publicación de las gentes que llegaron a rentar una habitación, tan solo para ver al argentino.

Llegó el día del partido, un viernes 8 de febrero, ese día no importó el frío ni la lluvia, ya que todos querían ser parte de la historia de la visita de Diego Armando Maradona.

El estratega de los sinaloenses salió del túnel entre aplausos y saludó a la afición en el Marte R. Gómez, que se entregaba a los pies de uno de los más grandes futbolistas de la historia.

-“Diegoooooo, eres grande”- se escuchaba desde la grada, -“Maradona voltea”-, se escuchaba cuando Diego Armando (Maradona) salía a la cancha del Marte R. Gómez.

Dorados no llegaba en buen momento, estaba en los últimos puestos de la tabla, por lo que era una de las últimas llamadas si quería ser protagonista en el torneo.

-“¡Parraar!”, “¡Rompeeee!”, “¡Correeee!”, era como el estratega sinaloense buscaba que sus jugadores fueran revulsivos, y es que Diego era un entrenador que vivía los juegos con mucha intensidad y pasión desde la banca, prácticamente se la pasó parado dando indicaciones, a pesar de su desgastada condición física.

Y fue al minuto 12, cuando el argentino volvió a gritar y sentir esa efervescencia y esa sensación de cantar ¡Goooooool!, cuando Fernando Arce, aprovechó un error del arquero de Correcaminos, porque sabía que con ese gol, su equipo se enfilaba a ser uno de los protagonistas de la Liga de Ascenso MX.

La afición se le entregó por completo cuando Maradona mostró un chispazo de ese buen futbol, que lo llevó a ser dos veces Campeón del Mundo con su amada Argentina, cuando el amor de su vida cayó a sus pies, esa que nunca lo juzgó, sino dejó que hiciera con ella lo que quisiera y lo plasmara en el lienzo del terreno de juego, si ni más ni menos que “la bola” y este de una genialidad la levantó y con una sonrisa se lo regresó al recoge balones, provocando la algarabía de la tribuna.

En el segundo tiempo la cosa cambió, y tras un alegato con el cuarto árbitro, quien lo acusó con el central por excederse en los reclamos, eso le costó la tarjeta roja y tuvo que abandonar el banquillo con varios minutos de anticipación.

Pero esa noche no solo Dorados había sacado tres puntos de visita, sino que uno de los grandes había venido a Victoria.

Maradona en los vestidores esperaba a sus muchachos y el festejo fue como si hubiera ganado un campeonato, así era Maradona vivía cada juego como si fuera una final, y esto se vio cuando el argentino mostró sus mejores pasos en el Marte R. Gómez.

Hoy no te apagaste, solo te fuiste a jugar otro partido, ya sea desde el banquillo o en el terreno de juego, hoy todo el planeta se paralizó con la noticia de tu muerte, y tu amada Argentina se encuentra de luto y el futbol, sé que tu amor a la bola fue repartida a todas aquellas generaciones que a pesar de no haberte visto jugar, conocen tu historia y quieren ser como tú, es por ello que ¡Gracias Diego!, por eso que Victoria, Tamaulipas, México y el Mundo te agradece el amor y alegría que demostrabas en todos lados.

Descansa en paz “Pelusa”.