Los jugadores no lo quieren, poco lo respetan, no hace grupo, tiene consentidos, les perdona faltas administrativas a sus allegados y lo peor es que no le responden en la cancha; no ha dado resultados positivos y ha hecho perder dinero al Club.

Juan Carlos Arellano ostenta una posición que solía no existir en Correcaminos y que siempre ha sido pieza clave, la dirección deportiva es uno de los pilares fundamentales del éxito de un equipo de fútbol, trata una labor compleja y estratégica que involucra la gestión, la elección de jugadores hasta la implementación de una filosofía de juego coherente y efectiva.

Lamentablemente “Puchi” Arellano no ha logrado conectar con los jugadores, ni establecer una filosofía coherente y menos efectiva, su asociación con Santos Laguna ha puesto en Correcaminos jugadores como Adrián Lozano, Jonathan Díaz, Edgar Games o jugadores que vieron minutos sin mostrar juego como Adrián Garza, Eduardo Banda, Alejandro Ortega (refuerzo extranjero) o Sergio Treviño… y eso sin hablar de los movimientos en las fuerzas básicas o el trato con los entrenadores.

Sus resultados hablan, no hay liguillas en Expansión, hay multas, problemas de cociente, es fácil perderse cuando eres especialista en ponerte de ejemplo, sin embargo, el problema de la cancha se liga a él.

En el libro “Los once poderes del líder, el futbol como escuela de vida”, Jorge Valdano plantea las claves del liderazgo pensando en el funcionamiento de la empresa desde el trabajo en equipo, la motivación, así como las herramientas que necesita un equipo de alta competencia para triunfar.

Uno de los principales poderes que menciona Valdano es el del vestuario.

“Fuera del terreno de juego, gana la calidad moral antes que la futbolística. Para decirlo con nombres propios, en el vestuario del Santos de Pelé mandaba un tal Zito. Porque no es lo mismo el liderazgo técnico, que dura lo que dura el partido, que el liderazgo moral, que pesa siempre.

Ponerse de acuerdo sobre cómo se va a convivir es igual de importante que saber cómo se va a jugar. Y esos personajes, que muchas veces son invisibles para los aficionados, cohesionan a un equipo más que un buen resultado”, cita en su capítulo nueve.

En Correcaminos se esperan cambios y de manera importante, que difícil debe ser estar en la posición de “aficionado naranja”, los fracasos han sido una constante en los últimos años, con intentos fugaces de querer mejor algunas áreas, basta recordar que la última liguilla en la que se participó fue en el año 2017 con Ricardo Rayas y que con Juan Carlos “Puchi” Arellano como director deportivo los Universitarios han perdido dos millones de pesos en multas, por eso ¿cambio o limpia?