El partido entre Serbia y Albania, de clasificación para la Eurocopa 2016, fue suspendido por el árbitro debido a un enfrentamiento entre los jugadores, al lanzamientos de petardos y bengalas desde la grada y a un intento de invasión del campo por parte de los aficionados serbios.
El juego fue interrumpido en el minuto 41 por el árbitro inglés Martin Atkinson y los jugadores se retiraron a los vestidores, a la espera de que el silbante decidía si continuaba el encuentro.
El incidente se produjo cuando un drone comenzó a sobrevolar el estadio del Partizán con una bandera de la denominada ‘Gran Albania’, lo que provocó la indignación de los espectadores.
El jugador serbio Stefan Mitrovic recogió la bandera para bajar el aparato, por lo que fue empujado por varios jugadores albaneses y se generó un conato de bronca sobre el campo que tuvo que ser dispersado.
Este partido estaba considerado de máximo riesgo debido a la enemistad entre las dos aficiones y la tensión política entre los dos países por el conflicto de Kosovo, una antigua provincia serbia poblada mayoritariamente por albaneses étnicos que se independizó unilateralmente en 2008.
Debido a esta tensión, se decidió que el partido se jugara sin aficionados albaneses en la grada, por recomendación de la UEFA. Sin embargo, los medios serbios informaron de que un grupo de aficionados de Kosovo se trasladó a Belgrado.
La policía aumentó su presencia en varios puntos de la capital Belgrado, especialmente en torno al estadio, donde formaron tres círculos de seguridad e introdujeron un riguroso control de los espectadores.