Su reto se llama América. Un club en reestructuración, pero con una exigencia enorme. Y no sólo eso, sino un club siempre obligado a pensar en el título. “Sería extraordinario que uno le diera un nuevo trofeo, muy importante, porque además es un equipo tan mediático, relevante. Y América va por todas las canicas este torneo”, reconoce Miguel, quien confía en cosechar éxitos y mantenerse mucho tiempo en la institución.
“No me quiero ir de este club nunca, estoy muy contento, agradecido con Yon de Luisa y Ricardo Peláez que apostaron por mi idea, y tengo que darles resultados para que este proyecto siga”, afirma ilusionado.