Será la cuarta y última ocasión que emprenda la maravillosa odisea mundialista, lo que le permitirá aumentar su leyenda, pero Rafael Márquez no se conforma con eso. El capitán del Tricolor quiere que Brasil 2014 sea histórico para el balompié nacional.
El Káiser de Michoacán participará en el máximo evento futbolístico del planeta por cuarta vez. Entre los jugadores mexicanos, sólo Antonio Carbajal le supera, gracias a las cinco que hiló entre Brasil 1950 e Inglaterra 1966.
Ilusionado, el defensa central se congratula al reparar que escribirá historia dorada: “Imagínate, sería maravilloso estar en ese lugar, sólo detrás de La Tota”.
“En lo personal, me estoy preparando para hacer mi mejor Mundial”, complementa. “Es el último, así es que no habrá otra oportunidad, es la única. Espero poder estar a la altura de lo que se espera”.
La meta es sortear esa barrera que ha sido insuperable en la época contemporánea del representativo nacional: los octavos de final.
Ya sea en serie de penaltis, tiempo extra, superado en la cancha, por yerros del estratega o el árbitro, la Selección Mexicana no ha disputado el anhelado quinto encuentro de Estados Unidos 1994 a Sudáfrica 2010. Márquez jugó los tres más recientes capítulos dolorosos. En todos, portó el gafete, honor que también le concederá Miguel Herrera.
“Es una gran responsabilidad para mí, porque soy el que tiene que poner el ejemplo dentro y fuera de la cancha, además de tratar de aportar toda la experiencia que he tenido en el futbol, en los otros Mundiales, para que éste sea especial”, admite. “Me motiva, desde luego, como si fuera el primero”.
“Intentaré mantenerme en alto nivel para poder conseguir algo importante. Es mi última oportunidad en un Mundial, así es que trataré de motivar a todos mis compañeros para que hagan lo mismo”.
Responsabilidad que ha tenido desde Corea del Sur-Japón 2002. Pese a que Carbajal es el futbolista mexicano con más Mundiales jugados, nadie supera a Márquez en partidos dentro del máximo evento futbolístico del orbe (12), marca que aumentará sobre los céspedes del gigante sudamericano.
Sólo en dos no fue capitán: contra Sudáfrica (Gerardo Torrado) y Uruguay (Cuauhtémoc Blanco), ambos dentro de la más reciente edición.
Jugará su cuarto Mundial, aunque será la primera vez que lo haga como elemento de un club mexicano (León), lo que le ha dado la posibilidad de estar en toda la recta final del proceso, esa que es comandada por El Piojo.
“Ahora me siento con mucha más confianza”, revela. “El tiempo me ha hecho madurar muchísimo también, así es que estoy intentando poder hacer el mejor papel de Rafael Márquez en un Mundial”.
Fue el primer integrante de la lista final destapado por el entrenador nacional. Oribe Peralta ahora le acompaña. Se tratará del decano tricolor en la XX Copa del Mundo, lo que no impide que aún experimente nervios: “Eso también es parte de la profesión. Las cosquillitas en el estómago no se van nunca”.
Apoyo de Miguel Herrera
Su estatus de capitán le permite intercambiar puntos de vista con El Piojo, a quien define como un hombre eternamente abierto a escuchar. Eso sí, aclara que jamás se rebasa el límite de la autoridad.
“En cuanto veo algo que, quizá, puedo aportar, desde luego que lo hago”, valora El Káiser de Michoacán. “Y, en ese sentido, Miguel sí me ha abierto las puertas y confianza para decírselo”.
“Cuando hay algo importante que vea, lo hago notar”.
No podría ser de otra manera cuando se cuenta con un futbolista histórico, ese que anhela tener un dorado cierre en Brasil.