El Real Madrid no desaprovechó su ocasión de reforzar su candidatura a ganar la liga española y venció el domingo 1-0 en cancha del Espanyol para ponerse a una victoria de distancia de Barcelona y Atlético de Madrid al término de la primera vuelta del torneo.
Azulgranas y colchoneros empataron 0-0 en su esperado cruce del sábado y siguen al frente de la clasificación con 50 puntos cada uno, pero la diferencia de goles es favorable al Barcelona.
El reparto de puntos no lo despreció el Madrid un día después, hilvanando su novena fecha invicto y tercera victoria seguida para acumular 47 unidades o lo que es lo mismo: rebajar su desventaja respecto a los colíderes a un partido.
El central Pepe decantó la balanza del lado madridista a los 55 minutos y el equipo que dirige el mexicano Javier Aguirre, que lo vio desde la grada por sanción, se quedó sin capacidad de reacción y clasificado provisionalmente en el undécimo puesto.
Como cuando propinó su única derrota al Atlético por la novena fecha, el Espanyol salió ordenado y aplicado, retando al Madrid junto atrás, mordedor en la trinchera del medio campo y valiente arriba con el colombiano Jhon Córdoba en constante pelea con la zaga visitante.
La arrancada blanquiazul fue notable y registró una primorosa ocasión de gol para el uruguayo Christian Stuani, quien cabeceó fuera a pocos metros del arco defendido por Diego López. Se revelaría un espejismo.
El Madrid contrarrestó con una majestuosa maniobra de Karim Benzema y pésimo remate de un desafortunado Cristiano Ronaldo, a la que respondió Córdoba con otra aventura individual, no mejor finalizada.
Escocido por el fallo, Cristiano asumió entonces mayor protagonismo ofensivo, probando a Kiko Casilla en un disparo lejano y tiro libre directo, mientras el Espanyol pagaba su esfuerzo físico y respiró hondo dos veces, en un mal cruce del argentino Angel Di María en claro contragolpe “merengue” y con el silbato que anunció la tregua del descanso.
Los visitantes no dieron opción al equipo de Aguirre en la reanudación, tomando la iniciativa y jugando en cancha contraria con paciencia y precisión, masticando el partido, evitando las contras de Córdoba y finalmente cobrando ventaja en cabezazo picado, potente y cómodo de Pepe a balón parado.
El segundo lo tuvo Cristiano en mano a mano con Casilla, pero cruzó en exceso con la diestra; aunque el Espanyol, desfondado y sin ideas, apenas inquietó el arco del López y el Madrid administró su ventaja sin excesivo sufrimiento, incluso permitiéndose otro error clamoroso de Cristiano, quien el lunes podría ser premiado con su segundo Balón de Oro.