Hablar de Noé Rodríguez Villarreal, dentro del beisbol local, es hablar prácticamente de una leyenda, que no solamente se ha ganado su lugar como uno de los mejores peloteros de la localidad de todos los tiempos, si no que a sus 52 años de edad, la leyenda continúa ahora dejando dentro de la pelota blanda.
Haber ganado un sin número de trofeos en campeonatos locales y estatales, nombrado en muchos como el jugador más valioso, y tener el orgullo de representar a nuestro país en un campeonato mundial, un preolímpico y un intercontinental, logros que mantiene en su vitrina y corazón.
Sus inicios
Hijo del ferrocarrilero Anastasio Rodríguez, Noé es originario de Monterrey, Nuevo León y llegó junto a su familia a la capital del estado a la edad de 7 años, en donde jamás pensó que una rutinaria tarde a los 10 años de edad en la colonia Nacozari, le cambiaría la vida para siempre.
“Yo vivía en el 25 Matamoros, (sonríe) si soy un “Naco”, de la colonia Nacozari, y un día cuando yo tenía como 10 años, unos niños estaban jugando al beisbol por mi cuadra y en una jugada se le paso la pelota a uno de ellos, yo la recogí y se la lance, fue en ese momento cuando me dijo las palabras que cambiaron mi vida para siempre ¡oye no quieres jugar!, y ahí comenzó todo, mi amor por la pelota”.
Jugó en la Liga Pequeña Victoria (actualmente Liga Universitaria), con la novena de los Ferrocarrileros que dirigía el profesor Rafael Romero, participando primero como receptor y poco a poco con los años llegó a su posición natural el campo corto.
Pero fue a los 18 años, iniciando la categoría de Primera Fuerza, cuando todo cambio.
“A partir de los 18 años mi beisbol cambio, comencé a participar en los Campeonatos de Primera Fuerza y comenzaron también los torneos estatales, de los 18 a los 26 todos seguidos, fue ahí cuando tome nivel y fue también cuando comencé a trabajar en BANRURAL”, comentó.
La Selección Nacional
Con el ingreso a la institución bancaria llegaron también los torneos internos estatales y nacionales, donde tuvo la oportunidad de conocer a “Chito” García, ex entrenador de la Liga Mexicana de Beisbol, con los Tigres del México, gran inspiración para él y que lo tomaría en cuenta para la Selección Nacional.
“Tenía 25 años cuando me llamaron de la Selección Mexicana, fue después de un torneo pre nacional, donde nos había eliminado Nuevo León, ellos me llamaron para reforzarlos y de ahí me llamaron a la Selección”, expresó.
Con el equipo mexicano tuvo la oportunidad de participar en un campeonato mundial en 1988 en Taiwán, participar en un torneo Preolímpico rumbo a los Juegos de Seúl 1988 y un torneo muy especial la Copa Intercontinental que se llevó a cabo en La Habana, Cuba en 1987, conociendo a peloteros que después fueron liga mayoristas, pero sobre todo, el honor de conocer al comandante Fidel Castro.
El llamado de Grandes Ligas
Haber enfrentado a jugadores de la talla de Matt Stars, Robín Ventura o Mike Mussina, fueron satisfacciones que se dieron dentro de su carrera, pero haber tenido la oportunidad de ser seguido por las ligas mayores no lo cambia por nada.
“Mira los Tigres del México, me llamaron para probarme en un par de ocasiones, pero jugando en un nacional, un visor de los Astros de Houston, me dijo que el día que quisiera probar suerte con ellos que le llamará, lamentablemente al igual que con los Tigres, yo ya tenía empleo y pues decidí mejor quedarme en Victoria, yo tenía 28 años, era muy grande para intentarlo”, afirmó.
Una gran carrera local
Una de las cosas que Rodríguez nunca olvida es el gran equipo que conformaron durante la época de la BANRURAL.
“En BANRURAL éramos un equipazo, Adir Cedillo, el “Quirrí”, bueno todos éramos, un equipo de miedo, es más, si mal no recuerdo desde los 80´s que yo jugué más o menos a mediados, hasta el año 2000, que desapareció, pues ganamos como 15 campeonatos municipales de Primera Fuerza, nada más de ahí calcúlale yo creo que en mi vida de beisbolista el 60 % de toda mi carrera han sido triunfos”.
La pelota blanda
Rodríguez no solo ha destacado en el “Rey de los Deportes”, también en la pelota blanda, ha tenido grandes resultados dentro y fuera del Estado, incluso siendo seleccionado también para participar con la Selección Nacional.
“Mira el softbol lo comencé a jugar en el 89, porque en un campeonato Centro Americano de beisbol que jugué con México me lesione y no podía lanzar más la pelota, fue entonces que me invitaron a jugar al softbol y pues combine ambos deportes”.
Pese a las críticas que este deporte recibe, para él, es un juego muy dinámico.
“Yo lo siento como un deporte rapidísimo y más si lo juegas a alto nivel, la gente dice que el softbol es el refugio de los beisbolistas, pero no es cierto”.
Quiere jugar por siempre
Su gran pasión, como él lo describe será jugar al beisbol por siempre, deporte al que le debe todo su familia, su trabajo, pero sobre todo sus ganas de seguir adelante y el cual no quiere dejar nunca de practicar.
“Yo al beisbol, le debo todo, incluyendo mi chamba, de joven fue mi diversión, de adulto mi pasión, definitivamente todo eso es lo mejor que me ha pasado en mi vida”, agregó “a los 100 años, si le puedo seguir pegando a la pelota, le voy a seguir pegando”.