Por quinta ocasión desde que está en Cruz Azul, Guillermo Allison fue rapado. Y es que en La Máquina, la tradición es que cada vez que un elemento de cantera sube al primer equipo o juega su primer partido en un torneo, su cabello paga el precio.
“Pero valió la pena”, dijo el portero, quien no quiso volverse el protagonista del juego. “Los héroes somos todos, mis compañeros que dieron un gran juego, yo sólo puse de mi parte”.
Sin ser un gran ataja-penaltis, Allison dio el secreto para detener el disparo de Cacho, que le dio el triunfo a Cruz Azul sobre el Toluca. “Simplemente me la jugué a un lado y salió. ¿Qué cuantos penaltis he atajado? No sé, quizá éste sea el primero, no llevo la cuenta”.
Nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, hace 23 años, el portero agradeció “la confianza de mi técnico [Guillermo Vázquez], los consejos de mi entrenador [Roberto Pérez] y el tener al mejor portero de México de compañero, Jesús Corona”.
Guillermo Vázquez, técnico cementero, siempre frío, alabó secamente la acción de Allison, “para eso lo tenemos ahí. Hizo una muy buena atajada, pero el mérito es de todo el equipo”.
Sobre el juego, Memo habló de que en el primer tiempo, “salimos dormidos. Otra vez nos hacen un gol de vestidor, es algo que debemos analizar. Después nos repusimos, aunque en la primera mitad, no fuimos profundos”.
Pero llegó la segunda parte, “ahí recompusimos mucho. Tuvimos el balón menos tiempo, pero tuvimos más llegada. Los goles son consecuencia del trabajo que se hizo esta semana”.
El técnico de Cruz Azul está más convencido “de que hay un gran plantel. Las ausencias de los seleccionados pesan, pero ya sabíamos que íbamos a tenerla desde hace tiempo, se trabajó y tuvimos éxito”.