En un auténtico partido ‘molero’ las Chivas se llevaron la victoria por 1-0 ante América. Lo que se vivió en la cancha del Sam Boyd Stadium, fue una caricatura del Clásico Nacional, ya que ninguno de los dos equipos puso seriedad y el duelo tuvo como máxima emoción una campal entre los dos equipos.
Y es que sólo fueron 30 minutos de futbol, pues poco a poco el cotejo se desdibujó el encuentro. Un conato de bronca se desató en el área azulcrema (38’), jaloneos, empujones y golpes, se comenzaron a repartir a diestra y siniestra, aunque no pasó a mayores gracias a que algunos jugadores sofocaron la gresca.
El silbante no dudó y de inmediato echó del terreno de juego a Paul Aguilar y Rubens Sambueza por América, mientras que por Chivas Giovani Hernández y Héctor Reynoso fueron expulsados; dicho incidente, terminó echando por la borda el ensayo, ya que el encuentro no sirvió para ninguno de los dos planteles.
Lo rescatable para los tapatíos fue llevarse la victoria, gracias a la solitaria anotación de Giovani Casillas en la recta final del partido, ya que esto permitió que las Chivas hilara su sexta victoria consecutiva en su pretemporada; caso contrario al que viven las Águilas, quienes no pueden emprender el vuelo al cosechar dos derrotas durante su etapa de preparación. El silbante se negó a que los equipos reaparecieran en la segunda parte con su oncena titular, pues pidió que respetaran el reglamento, así que los dos equipos volvieron para el complemento con los 9 elementos cada uno; no obstante, Miguel Herrera hizo 8 cambios en el descanso, mientras que las Chivas 4, desdibujando por completo el partido. Además, el América perdió al Negro Medina por una lesión.
El complemento fue de auténtico bostezo, hasta que al 88’, Giovani Casillas aprovechó una diagonal retrasada y aunque pateó mal la pelota con la derecha, ésta hizo un ‘extraño’ y para su fortuna tomó dirección hacia el arco para sacudir las mallas.
Y como si algo más risible le faltara al partido, tras la anotación tapatía, los aficionados comenzaron a invadir el terreno de juego, lo que originó que se suspendiera el encuentro, pues no existían garantías de seguridad para finiquitar el encuentro.