Ante un equipo de la Liga de Ascenso, el Tri perdió a una semana de su debut en la Copa Oro. Los achaques al frente le volvieron a costar caro al cuadro nacional.
Mucho dominio, más posesión de pelota, pero el balón simplemente no entra en la portería rival. De nuevo, los achaques al frente le costaron a la Selección Nacional perder. Esta vez, ante Cruz Azul Hidalgo (0-1).
De inicio, pocos cambios en el Tricolor con respecto a la alineación inicial ante Altamira. Sólo Alejandro Castro por Jorge Enríquez en la contención, y Jaír Pereira ingresó por Leobardo López en la zaga central.
Lo demás comenzó igual que el miércoles: en la portería Jonathan Orozco; como central, acompañando a Pereira, Joel Huiqui; la lateral izquierda la ocupó Adrián Aldrete y la derecha Miguel Layún.
Además de Castro, en la contención, Carlos Peña; el volante izquierdo fue Efraín Velarde y el derecho Javier Cortés. Más adelante Marco Fabián como creativo y Rafael Márquez Lugo como punta.
La conjunción se notó mejor. Los tricolores tuvieron mucho control y obligaron a los celestes a aguardar atrás a la espera de un contragolpe que fuera certero, tal y como lo consiguió Altamira en el duelo pasado. La solidez defensiva de México se mostró a la perfección.
Sin embargo, los problemas mexicanos vienen cuando de atacar se trata. Opciones que son desperdiciadas como la que tuvo Jaír Pereira con un remate que no encontró la red, tras un cobro de tiro de esquina.
Luego, la falta de ideas permeó en el Tri. Media hora de partido y todo neutralizado. Los porteros tuvieron muy poco trabajo y el encuentro terminó por apretarse.
El tiempo se iba y México no lograba hacer daño a su contrario. Así se fueron los primeros 45 minutos. Un 0-0 que en el Centro de Alto Rendimiento tenía un sabor amargo, por no poder vulnerar a uno de los equipos que el torneo pasado luchaba por no descender de la Liga de Ascenso hacia la Segunda División.
Llegaron los cambios realizados por ‘El Chepo’ para probar a sus demás seleccionados. El natural desajuste vino con los ingresos.
El peor de los males vino para la Selección Nacional al minuto 73. Un centro por la banda derecha que remató Omar Mendoza con la certeza que no tuvieron los tricolores.
Entonces, a sufrir. A remar contra la corriente para tratar de evitar la derrota ante Cruz Azul Hidalgo. México se fue al frente con vigor y, de nuevo, con la presión que había manifestado al inicio del partido.
Tuvo sus opciones, pero el portero cementero Alexandro Álvarez tuvo la ayuda de sus defensores para evitar la igualada. Juntos lo lograron para el 1-0 final.
El ‘Chepo’ aún tiene tiempo -no mucho- para tratar de componer los males de sus muchachos. El ataque sigue como asignatura pendiente y la que se resiste a acabar de mejorar.
En ocho días y en el partido ante Querétaro de media semana podrá tener un nuevo experimento para afinar la puntería, porque la contundencia será la única virtud que sacará avante al Tri en la Copa de Oro.