Nunca a lo largo de toda la temporada el Heat de Miami estuvo al borde del fracaso. Los reflectores estuvieron puestos sobre ellos semana tras semana. Se supone que el equipo que terminó con el mejor récord en temporada regular y que no perdió en 27 partidos consecutivos no pasaría por la situación en la que se encuentra actualmente: a un juego de ceder el trono de la NBA a los Spurs de San Antonio.
Las dos primeras series de Postemporadas las ganaron sin complicaciones ante Milwaukee y Chicago. La dificultades llegaron en la Final de la Conferencia del Este ante Indiana. Ahora, en Las Finales, contra los Spurs han continuado. Verlos perder tres duelos en una misma serie era poco probable, casi inimaginable.
El punto a su favor es que los dos juegos restantes de Las Finales serán en su casa. Pero los Spurs, gracias a su estupendo juego en conjunto y su experiencia, pueden finiquitar la serie, reafirmando a la franquicia como una de las mejores en la historia de la NBA.