Su espalda no dio para más. Ricardo “Tuca” Ferretti abandonó el hotel donde se celebra el régimen de transferencias para enfilarse rumbo al aeropuerto de Cancún y regresar de inmediato a Monterrey.
Con un rostro aún más adusto de lo que es una costumbre verle, el técnico de los Tigres, apoyado en muletas, pedía el apoyo del personal de seguridad, así como de reporteros gráficos y camarógrafos.
“Por favor, háganse para allá, denme chance, me siento muy mal, por favor, tengo una emergencia”, dijo, antes de bajar los tres escalones que dan a la salida del hotel.
El técnico de Tigres apenas había llegado ayer a Cancún para estar presente en las adquisiciones de su equipo, pero ante tales inconvenientes físicos, emprendió el regreso a casa.