Si tuviéramos que contar a las grandes figuras que han formado parte de la plantilla del Barcelona, los dedos de las manos serían insuficientes. No obstante, cuando se trata de aquellos brasileños que han dejado huella en la institución blaugrana, hay cinco que merecen ser mencionados.
En 1993 Romario dio cuenta de su magia con los pies, pues en la temporada 93-94 se ganó la admiración de los aficionados que lo etiquetaron como el “jugador de los dibujos animados”. Prometió 30 goles, mismos que cumplió y que le valieron el Pichichi.
Formó parte del famoso ‘Dream Team’ de Johan Cruyff junto a otras figuras. Sin embargo, su estancia fue corta y regresó a su natal Brasil a la mitad de la temporada siguiente.
En 1996 una nueva estrella carioca se abriría paso en el conjunto culé, nada más y nada menos que Ronaldo, en aquel entonces un jovencito ávido por mostrar el talento que lo había traído como todo un goleador. Su traspaso del PSV al Barcelona fue histórico, ya que se dio por más de 4 mil 500 millones de pesetas.
Sus actuaciones en la institución culé le valieron el reconocimiento mundial y el nombramiento como mejor jugador del mundo y el Balón de Oro otorgado por la revista France Football. Una vez terminada la campaña decidió aceptar una jugosa oferta del Inter de Milán y dijo adiós al futbol ibérico.
No pasaría mucho tiempo sin que las filas blaugranas contaran con otro brasileño destacado. Se trató de Rivaldo, quien pasó del Deportivo al Barcelona, convirtiéndose en la figura del equipo que tuvo a Van Gaal como Director Técnico y con quien conquistó dos títulos de Liga.
Un jugador que merece mención aparte es Ronaldinho, quien de apoco logró conquistar a una afición exigente, pero que terminó por reconocerle su potencial. Fue pieza clave para el título de la temporada 2004-05 y para otros trofeos como la Champions League y la Supercopa. Cinco temporadas de ensueño marcaron su paso con un equipo que hasta la fecha lo sigue recordando con cariño.
Y el quinto jugador histórico no podía ser otro que Neymar, pues su sola llegada supone una gran alegría para la afición culé, que ve en él a la nueva estrella brasileña que acompañará la ofensiva liderada por Messi.