Barcelona ha celebrado con una fiesta al final del partido contra el Valladolid su 22º título de Liga, en la que no han faltado los parlamentos, las imágenes y los fuegos artificiales.
Justo después de haberse acabado el encuentro en el Camp Nou contra el Valladolid (2-1), el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, ha entregado la copa de la Liga al capitán azulgrana, Carles Puyol, quien ha reclamado la presencia de su compañero Eric Abidal y del técnico Tito Vilanova para alzar los tres el trofeo.
Posteriormente, toda la plantilla y cuerpo técnico se ha hecho una foto de familia al son de la canción “Tornarem” (“Volveremos”), justo en el momento en que ha dejado de llover en el estadio, donde no había parado de caer agua desde que arrancó el partido.
El capitán del Barcelona fue el primero en tomar la palabra para dirigirse a un campo bastante despoblado (hoy el Camp Nou ha registrado la peor entrada de la temporada) y ha destacado por encima de todo que lo importante este año ha sido que Eric Abibal ha podido volver a jugar y que Tito Vilanova ha regresado al banquillo.
Al margen de las lesiones, el trasplante de hígado de Abidal volvió a ser un duro golpe para un vestuario que poco después conoció que a su entrenador se le había reproducido un tumor.
“Primero de todo os queremos dar las gracias por vuestro apoyo. Ha sido un año difícil. Se ha ganado la Liga, pero lo importante es que Abi y Tito están con nosotros. Celebremos esta Liga. La temporada que viene, queremos más”, ha señalado el capitán azulgrana.
También ha tomado el micrófono el técnico, quien ha dado las gracias a sus jugadores y ayudantes. “Hemos tenido la Liga un año fuera de Barcelona, pero la volvemos a tener aquí”, ha destacado, al referirse a que el Barça se ha hecho con cuatro de las últimas cinco Ligas.
“Sin vosotros, no tendría sentido esto -ha dicho Vilanova, refiriéndose a los seguidores-. Animad a estos jugadores, porque os seguirán dando placer”.
Finalmente, los jugadores han dado la vuelta de honor al estadio, alguno de ellos acompañados de sus hijos, como el argentino Lionel Messi con su nuevo retoño, Thiago.
La fiesta se ha acabado con el tradicional corro en el centro del campo, donde todos los jugadores se han dado la mano y han girado como si de una sardana se tratase.