La convivencia de Chivas, que continúa así con su semana de labor social, luego del fracaso en el Clausura 2013, se encuentra en su parte medular. Pero para llegar a esto, el Guadalajara se ha llevado, primero, un mensaje de motivación para los pequeños.
El campo, al comenzar la mañana, estaba cubierto por bancas que fueron ocupadas por los futbolistas y cerca de 100 niños que habitan en el Albergue Infantil Los Pinos. Provienen de familias disfuncionales y de escasos recursos económicos. En este lugar han encontrado un hogar, que abandonan sólo los domingos, para mantener contacto con su parentela consanguínea.
Uno a uno, los integrantes del plantel pasaron al frente para dirigir unas palabras. Primero fue Benjamín Galindo. “Los sueños cuestan y tienes que esforzarte. En mi casa, fuimos muchos de familia y teníamos pocos recursos, así que de alguna manera tenías que generar. Cuando tenía 8 años, lo que más deseaba era comprarle una casa a mi mamá. Lo pude hacer a los 19. Los sueños se pueden hacer realidad, con mucho esfuerzo y creer en ustedes mismos”, comparte “El Maestro”.
Enseguida, habla el capitán Héctor Reynoso. “La vida te va enseñando que debes ponerte metas y luchar, por más obstáculos que haya en el camino. Hay que trabajar sin darse por vencido”, afirma, mientras en primera fila, Jorge “Chatón” Enríquez sostiene sobre sus piernas a un pequeño con camiseta rojiblanca, que aplaude a cada uno de los jugadores.
“Cada uno tiene sus sueños, pero los invito a que metan el corazón en todo lo que hagan, para que lleguen a ser lo que hayan soñado”, explica, más adelante, el arquero Luis Ernesto Michel. En cuanto termina su discurso, se acerca al técnico. “Profe, ya me voy”, dice. Benjamín Galindo sólo asiente. El portero se retira. Es el único del plantel con permiso especial para atender un asunto personal.