¿Sería Messi hoy un jugador distinto de no haber aterrizado a los doce años en La Masia? ¿Se puede enseñar futbol a un genio? A partir de preguntas como éstas, el libro “Messi, un genio en la escuela del futbol” desgrana la influencia de la academia del Barça en el éxito de Leo hasta su coronación actual.
Escrito por el periodista argentino Ramiro Martín, quien reside y ejerce en Barcelona desde hace más de dos décadas y ha podido seguir de cerca el nacimiento, progresión y encumbramiento de una estrella, el libro huye del torrente de biografías clásicas sobre el jugador para dibujar un “fresco sobre la subida al escenario de un genio”.
“Es la manera de explicar la conjunción de dos elementos: una escuela que lleva más de 30 años enseñando una manera determinada de jugar y un genio, un talento inusual, una expresión individual superior. Quería explicar cómo había hecho esa escuela al recibir a un talento así”, relata Martín en una entrevista concedida a Efe.
El autor comprendió que “si quería explicar algo de él debían ser algunos porqués, más que el qué”: “La historia del primer contrato en una servilleta no fue una entrañable ocurrencia de Carles Rexach, sino que detrás hay un mundo entero y, para explicar el genio y la escuela, primero había que escribir sobre esa escuela”.
Así, el libro propone un viaje en el tiempo en el que incluso se mezcla el deporte con la filosofía y la historia, para entender cómo en La Masia acabó confluyendo un ecosistema perfecto para que se apostara por aquel niño retraído, con problemas de crecimiento, lesiones en sus primeros meses y múltiples obstáculos burocráticos.
“Messi quizás sea el ejemplo más acabado e ilustrativo de La Masia como escuela de futbol, porque La Masia también es una manera de vivir. Es la insistencia en una idea, más allá de los vaivenes del primer equipo”, señala.
Un Lionel que, tras su paso por las categorías inferiores, cambia “en casi todo menos en lo esencial”, que deja de ser el chico que lo hacía todo él en solitario con el balón y aprende “un idioma futbolístico, una manera de entender el juego y la vida, en el que, precisamente, debe conectarse con sus compañeros”.
Con un ritmo ágil, el libro mezcla capítulos cortos con crónicas periodísticas de instantes de la carrera de Leo y entrevistas a personas vinculadas, para terminar también analizando sus problemas de adaptación en la selección argentina y su relación con Maradona.
Ramiro Martín, quien cubrió la actualidad del Barcelona entre 2004 y 2012, conversa además, entre otras voces, con Pep Guardiola y otros entrenadores “sin los que no se entiende al Messi actual”, como Alex García, Albert Benaiges o el mismo Tito Vilanova.
“Tengo claro que siempre supieron que era un genio, que había que darle pocas indicaciones, pero muy concretas -cuenta Martín-. Que había que dejar el talento en libertad, pero para lograrlo había que darle las armas, que supiera qué hacer con esa libertad. En Pep hay la figura de ese gran maestro que termina de perfilar el genio”.
Un Guardiola que “le sugiere más que ordena”, del mismo modo que la “invalorable aportación” de Frank Rijkaard ayuda a poner distancia emocional a su irrupción o Tito sabe que la posición que lo catapultará será el ‘falso nueve’, como cuando le entrenó de niño.
Y un club que, como recuerda el presidente Sandro Rosell, le “trata como uno más, sabiendo que es diferente a todos”, y que, como apunta el autor, “respeta su salvajería genial”, inculcándole una cara conceptual de años de trabajo, rondos y ejercicios de posición.
¿Y qué sería Messi de no haber pasado por La Masia?: “Si tuviera que dibujar una ucronía, lo vería como un Agüero. Un prodigio de una precocidad insultante, pero que ha tenido que llevar a las espaldas las urgencias de equipos necesitados y un futbol que no da tregua”.
Porque, bajo su punto de vista, “la gran diferencia con Agüero o Maradona es que ellos nunca pudieron descansar en una estructura que le permitió elegir su momento desde pequeño. Pero Messi, en todas las pruebas que tuvo, mostró siempre un dominio total del juego, un genio continuado. Lo extraordinario convertido en ordinario”.