Pasión extrema, aderezada por casi 74 mil almas en el Estadio Azteca, inyectó futbol y corazón al revitalizado Clásico Joven, que tras una épica batalla y 1-1 en 95 minutos, se resolvió en penaltis (5-4) a favor del Cruz Azul. Sí, “El Piojo” se perdió, una vez más, su primera final como americanista, en el torneo de Copa, luego de vencer a las Águilas desde los 11 pasos, para cobrarse la afrenta en el certamen de Liga.
Sorpresivamente, Miguel Herrera preparó, de entrada, una ensalada defensiva, porque anoche se olvidó de atacar y sólo ofendió a sus seguidores, extrañados de ver hasta cuatro jugadores que suelen jugar como centrales y quienes simplemente no sabían hacia dónde correr.
“El Piojo” ocupó a tres de ellos (“Topo” Valenzuela, Mosquera y “Maza” Rodríguez) atrás; a Diego Reyes lo pasó a la contención, para acompañar a Molina; conservó a sus carrileros, Aguilar y Aldrete; mientras que soltó al “Negro” Medina, normalmente recuperador, para generar jugadas que no sabe hacer. Así, rompió toda conexión con Mina y Jiménez, aislados al frente. Toda una incógnita futbolística.
Después del 3-0 que le aplicó a Cruz Azul en la Liga (cuya fórmula ofensiva fue “El Chucho” Christian Benítez, ayer ausente por decisión técnica), el estratega se vanaglorió de haber anulado al “Chaco” Giménez con Diego Reyes más adelantado.
Quizá eso pretendió, pero esta vez exageró, porque se olvidó de la media creativa y ese virus mortal lo puso en desventaja al minuto 27.
Luego de un saque de banda, Pablo Barrera localizó por el centro al “Chacho”, quien inesperadamente se hallaba solitario y de zurda fulminó a Hugo González. Así de sencillo rompió con todo el concierto de movimientos que utilizó Herrera en su alineación titular.
En el arranque del complemento, el estratega emplumado entendió que debía modificar y sacó a uno de sus cuatro centrales, “El Topo”, para dar pie al ingreso del talentoso “Hobbit” Bermúdez, olvidado en el banquillo amarillo. La gracia del ingenioso mediocampista revivió el apagado ataque crema y en pocos minutos Raúl Jiménez obligó a dos oportunos lances salvadores de José de Jesús Corona.
Hasta que al 62′, un cabezazo de Mina, a centro de Aldrete, superó a “Chuy” y devolvió el alma al descorazonado “Piojo”. El encuentro, ya con Osvaldo Martínez en la cancha, vivió sus mejores pasajes. Primero un bombazo del “Hobbit” que salvó Corona; enseguida un par de remates celestes, de “Chuletita” y Pablo Barrera, que no terminaron en gol de milagro. Después, Paul Aguilar se fue en busca del penalti, que el silbante Jorge Rojas no decretó y paradójicamente el duelo tuvo que resolverse desde los 11 pasos.
En esa instancia, Aquivaldo Mosquera falló el penalti decisivo, al proyectar su cobro a las tribunas del Coloso de Santa Úrsula, donde aún hoy le cobran boleto al multicriticado “Capitán de Agua” que inmortallizó su ex compañero Ángel Reyna.