La NFL y las fuerzas del orden federales han reforzado significativamente las medidas de seguridad para el Super Bowl LIX, que se celebrará el 9 de febrero en Nueva Orleans, luego del trágico ataque terrorista ocurrido en Bourbon Street el día de Año Nuevo, que dejó un saldo de 14 personas fallecidas. Este hecho ha llevado a las autoridades a redoblar los esfuerzos en uno de los eventos deportivos más protegidos del mundo.
Eric DeLaune, agente especial a cargo de las Investigaciones de Seguridad Nacional en Nueva Orleans, confirmó que el ataque, en el que un hombre condujo un camión entre la multitud, motivó a los responsables de la seguridad a desplegar personal y recursos adicionales. “Hemos mejorado significativamente nuestra postura de seguridad para que la gente pueda venir aquí y pueda ver una fuerte presencia policial”, declaró DeLaune, quien lidera la coordinación federal para el evento.
Por su parte, Cathy Lanier, directora de seguridad de la NFL, aseguró que la organización ha tomado medidas adicionales en respuesta a los recientes acontecimientos. “Me gustaría decir que no cambia mucho nuestra planeación de seguridad, pero sí cambia las cosas. ¿Estamos haciendo algo diferente? Por supuesto”, afirmó Lanier en una entrevista para ESPN.
El ataque de Año Nuevo también provocó el aplazamiento del Sugar Bowl, subrayando la gravedad de la situación en la ciudad. Ante este contexto, se espera que más de 125,000 personas viajen a Nueva Orleans para el Super Bowl LIX, que reunirá a fanáticos del fútbol americano de todo el país.