Aquella venda que provocó su sobrenombre no existe más, es un bello recuerdo, pero la mística nunca se fue. Julio Gómez, La Momia, todavía saborea el gol que marcó a los salvadoreños el sábado, sensación que desea volver a experimentar hoy, frente a Jamaica.
Esta noche, el Tricolor Sub-20 se juega el boleto al Mundial de la categoría y uno de los chicos que levitó en la bóveda celestial hace año y medio se siente remasterizado, listo para repetir los mágicos trucos que le hicieron pieza clave de la Selección Mexicana a nivel Sub-17.
Jamás dudó de su capacidad. Sólo pedía una oportunidad… Y Sergio Almaguer se la otorgó frente a La Selecta. El tamaulipeco le correspondió con una nota alta.
“[La Momia] ya se presentó, después de no haber iniciado el partido pasado”, advierte el futbolista del Pachuca, en charla con EL UNIVERSAL. “El profe [Almaguer] me dio la confianza. Somos 20 compañeros que estamos dispuestos a ser titulares”.
Él compite con Uvaldo Luna, volante de los Tigres, quien fue titular ante Curazao y también cumplió con destacada actuación. Gómez está consciente de que la lucha por un puesto es encarnizada, mas la disfruta, es parte de su ADN. Es un chico genética y mentalmente preparado para cualquier batalla.
“No había por qué desesperarse”, ataja. “Sabía que iba a llegar mi oportunidad y la tenía que aprovechar”.
Lo hizo gracias a la conexión que tiene con Francisco Flores, otro de los jóvenes que obtuvieron el título mundial infantil bajo las órdenes de Raúl Gutiérrez. Una fracción de segundo les bastó para decidir la jugada que terminó en la segunda anotación frente a los centroamericanos.
Una de las pequeñas sociedades que son pilares en el representativo construido por Almaguer. Se conocen desde hace varios años, intuyen cómo reaccionarán dentro y fuera del lienzo verde.
“[Ese conocimiento viene] de todos los años [que llevamos juntos], desde la Sub-15, Sub-17 y ahora que somos Sub-20”, confiesa el carismático muchacho. “Sabemos lo que debemos hacer dentro de la cancha y esa [jugada] ya la sabemos”.
Sincronía que “ayuda mucho, porque ya nos conocemos, sabemos la mística de esta Selección. Eso nos beneficia para los encuentros”.
Anhela que vuelva a aparecer sobre el césped del estadio Cuauhtémoc en otra velada especial de esas que tanto le gustan.