La marca estadounidense Nike se ha visto inmiscuida en un extraño fenómeno en los últimos años, tras ver caer a varios de sus emblemas más representativos por escándalos de toda índole.
Nike se está especializando en gestionar crisis por culpa de errores de sus estrellas. El caso más reciente es el del atleta sudafricano Oscar Pistorius, acusado de asesinar a su novia Reeva Steenkamp a balazos.
Este hecho obligó a que Nike retirara hace unos días sus anuncios del atleta en la página web del corredor que decía “Soy la bala en la recámara”.
“Ofrecemos nuestras condolencias a las familias afectadas por este trágico incidente”, mencionaron tras conocer el jueves la detención de Pistorius.
Esta situación recuerda a la del ex ciclista Lance Armstrong, que confesó haber mentido durante su carrera y que se dopó para ganar sus siete Tours de France.
También estuvo en prisión en 2007 la estrella del fútbol americano Michael Vick por el peculiar escándalo de organizar peleas de perros.
En 2009, Nike se enfrentó al caso del golfista Tiger Woods, en el escándalo que terminó con el golfista admitiendo sus múltiples aventuras extramatrimoniales. En ese caso, no rompieron con Woods, sino que usó el escándalo como forma de vender redención.
Finalmente, en 2011, Joe Paterno, el mítico entrenador de fútbol americano de la Universidad de Penn State, fue despedido por la escuela después de que una investigación policial concluyera que escondió el abuso a menores cometidos por su asistente Jerry Sandusky.
A pesar de todos estos casos, la firma deportiva ha incrementado sus ventas en los últimos diez años y es una de las marcas más conocidas en todo el mundo.