La actitud brava y pujante es un sello histórico del Atlante, pero lo extravío al volver a Cancún para la Vuelta de la Final de la Expansión MX. Las iguanas ganaron 3-0 para conquistar su primer título a unos Potros de Hierro que fueron jamelgos de aluminio en la que fuera su casa en el Caribe. Pocas se vio a un ‘equipo del pueblo’ sin espíritu combativo.
Doblete de Traoré que comenzó en el primer tiempo luego de que en descolgada, el Cuba Sánchez en lugar de salir a cerrar, decidió recorrer a un costado para dejarle una avenida y el mano a mano que fulminó al Gansito, único que evitó peor goleada. Salvó cuatro al menos.
Atlante se achicó en todos sentidos. De nuevo, centro por la izquierda que no quiso cortar Cuba y después abanicó de forma ridícula Elbis Sousa, que dejó el balón a placer. Absurdo. Cancún falló a placer.
Para la segunda mitad, cuando se esperaba una reacción rabiosa del Potro para regresar en la Final, volvió la tónica del primer juego: una y otra vez desbordó el cuadro caribeño, falló una y otra. Hasta que Traoré encontró al fin las redes y selló un 3-0 inaudito.
Hay formas de perder, pero las mostradas en el Caribe, displicentes, son de un ridículo que le quita la etiqueta a cualquier club para volver a Liga MX. Y eso que es el equipo mejor administrado y con recursos de la Expansión, ¡el único certificado!
Los jugadores azulgranas salieron confiados de inicio a fin, con atole en las venas, creyendo que la historia o la playera iba a pesar. Arce, el técnico más joven del circuito, le ganó al más ganador, García, y así le dio a Cancún su primer título histórico. Merecido y de sobra.