Después de la tormenta, llega la calma. El Clásico Tapatío es rojiblanco; Chivas ganó por goleada de 4-1 y mostraron una versión totalmente diferente a la de hace unos días, todo de la mano de su entrenador Veljko Paunovic, quien cumplió y ” no se bajó del barco”, pues seguirá al frente de este equipo.
La victoria llegó al Rebaño cuando más lo necesitaba. Los temas extra cancha quedaron ahí, fuera del terreno de juego y apelaron a la unión, misma que se reflejó en el resultado y que consiguió la reconciliación con su afición, esa petición que ‘Pauno’ externó.
Desde los primeros minutos, Chivas y Atlas brindaron un encuentro lleno de intensidad, pero los de Guadalajara tomaron la iniciativa y con un golazo de Fernando Beltrán, abrieron el marcador, pero la respuesta de los rojinegros no se hizo esperar y Aldo Rocha se lució con un tiro impecable desde fuera de cancha para igualar de manera momentánea el partido.
Ambos mostraron sus mejores versiones, tal y como se debe jugar el Clásico más añejo del futbol mexicano, pero no todo podía ser perfecto y las lesiones atacaron a ambos planteles; por parte del Rebaño, salió el portero Raúl Rangel, quien recibió un codazo de Antonio Briseño y en la Academia, Brian Lozano presentó una grave lesión en su rodilla derecha.
Todo parecía indicar que podrían quedar en un empate, o incluso que alguno ganaría por una corta diferencia, pero el chiverío quería dar un golpe de autoridad y lo consiguieron: la lluvia de goles llegó.
Marín firmó doblete y Roberto Alvarado puso la ‘cereza del pastel’ tras cobrar de manera efectiva un penalti.
Así, Chivas resurgió, volvió a mostrar el ímpetu que hace varias jornadas parecía haber perdido y dejan en claro que están dispuestos a continuar en la lucha por la parte alta de la clasificación.