Sábado 19 de enero del 2013, no es un sábado cualquiera para un aficionado de Correcaminos, si, esos que dejan todo por seguir los colores azul, naranja y blanco.
Un partido más del Naranja, jornada 3 del Clausura 2013, la cita era en Altamira, Tamaulipas, en lo que muchos no piensan que sea un clásico, pero si un buen encuentro lleno de rivalidad deportiva entre dos equipos del mismo estado.
Poco a poco la afición comenzó a llegar al 19 Aldama, lugar acordado por los organizadores de lo que se llamó “Invasión Naranja”, ya que 10 autobuses tenían como destino el Estadio de Altamira, se llegó la hora de salida, uno por uno fueron saliendo. En los autobuses se cuenta de todo a cerca del equipo de sus amores, se conocen nuevas personas, o se va con los amigos, no importa, el fin es el mismo alentar al Naranja.
Ya en el autobús se escucha que saquen el lonche, porque no se ha almorzado, ricas y tradicionales flautas, taquitos, todos compartiendo su “lonche del chicharito”, la travesía para esta gran afición estaba por comenzar.
Una pequeña parada en estación Manuel para comprar el vital líquido, ese que se toma con medida, y a retomar la raya, la carretera y los kilómetros se acortaban, ya cada vez faltaba menos para llegar a la ansiada cita.
¡Se llegó!, el tecnológico de Altamira le daba la bienvenida a la gran afición.
En la revisión fitosanitaria camión por camión se fueron reuniendo, para llegar todos juntos al estadio y poder llevar un control del boletaje, mismo que se tenía previsto para la porra visitante. Pero que podría dejar un aficionado por este partido, el caso particular de Juan Juárez integrante del instrumental y auténticos legionarios, le preocupaba algo más, ya a punto de llegar al estadio recibió una llamada de su familia, que le informaba que su hijo había nacido, felicidades por el nuevo Correcaminos.
En el estadio comenzó el verdadero carnaval, poco más de 500 aficionados arribaron al estadio de Altamira para apoyar al “ave naranja” los 90 minutos y más.
Rodó el balón, en la cancha las llegadas fueron claras pare el equipo, pero el balón se negaba a entrar en las redes, fue hasta la segunda parte cuando por fin Hugo Sánchez , daba la felicidad a la afición de la capital, que en ningún momento dejó de ser local en cancha visitante, se dio el silbatazo final desatando la algarabía en la esquina del lado norte, donde nos habían ubicado, los jugadores fueron a agradecer a por el apoyo brindado en este encuentro, Nurse, “Samba”, “Nico”, por mencionar algunos, se despojaron de sus playeras para arrogárnosla a la grada, desatando los aventones por las anheladas playeras de nuestros ídolos , después de media hora la policía desalojó a la afición rumbo a sus camiones, para retomar el viaje de regreso, el hambre y el cansancio no importaba, la victoria se venía con los de la capital, tres horas con esa sonrisa, que puede durar hasta el próximo partido.