Minutos de angustia y desesperación fueron los que vivieron los integrantes de la selección Tamaulipas que asistió al Campeonato Nacional de 25 y menores de la disciplina de Sóftbol el pasado domingo en Uruapan, Guerrero.
Lo anterior fue relatado por uno de los miembros del equipo, Jorge Rivera, quien señaló que no solo atacaron a una de las camionetas sino a las dos, donde se trasladaban 22 personas, 19 jugadores y 3 managers.
“La verdad terminamos nuestra participación, donde caímos ante Sinaloa, todo bien, muchos de los seleccionados, los conocemos, somos gente que hemos jugado sóftbol la mayor parte de nuestra vida, pero lo que nos pasó no tuvo nada que ver con el juego”.
Y es que detalló que posteriormente al terminar su compromiso, ellos se dirigieron al hotel por sus cosas, para viajar a Tamaulipas, “mira te voy a decir los tiempos más o menos como me acuerdo, nosotros salimos del hotel como a las 3 de la tarde (del domingo), la verdad éramos dos camionetas, yo me encontraba en la primera, no duramos mucho en la carretera cuando nos pasó lo sucedido”.
“solo escuchamos detonaciones y ya no vimos a nuestros compañeros, y lo que recuerdo es que nos decía el chófer agáchense o tírense al piso, ya que las balas se escuchaban por un costado”, relata el softbolista.
Dijo que el vehículo donde ellos manejaban se detuvo, por lo que alcanzaron a observar a personas armadas y apuntando a la camioneta, “no sé cómo le hizo o que hizo el chofer, que se echó de reversa como un kilómetro y nos bajamos para resguardarnos, y fue ahí cuando nos empezamos a comunicar”.
Reconociendo que fue más de una hora donde estuvieron esperando entre el monte y la maleza la delegación de Sóftbol, “muchos de mis compañeros comenzaron marcar a nuestros entrenadores nacionales de la Sub-19 para notificarles de lo sucedido, quienes inmediatamente marcaron con la Federación y de ahí con las autoridades de Guerrero”.
Agregó, “La verdad fue algo lamentable… no se lo deseo a nadie, tuvimos mucha suerte de seguir vivos… el chofer como pudo repuso la llanta y a pesar de que le comentamos a los del ejército lo que nos había pasado, ellos solo nos dijeron que no podían hacer nada para ayudarnos”.
Tras los hechos, los tamaulipecos fueron trasladados a la ciudad de Acapulco, donde muchos de ellos comenzaron a solicitar a sus familiares que les mandaran dinero para partir el lunes a primera hora, “El boleto estaba caro ya que superaba los 8 mil pesos, porque era Acapulco a CDMX y CDMX a Monterrey, Nuevo León, y muchos no traían dinero, por lo que tuvieron que esperar para ser trasladados vía terrestre a la CDMX”.
Comentó que en su mayoría eran peloteros de Reynosa, pero estaban conformados por softboleros de Matamoros, Tampico y Madero, “nosotros íbamos como un equipo independiente, donde el patrocinador fue el que financió el viaje”.