El primer partido en el Camp Nou del año fue de alto contraste entre los equipos de Barcelona, pues los Culés victimaron sin piedad 4-0 a los Periquitos del Espanyol, en un cotejo que vio el regreso de Tito Vilanova al banquillo bluagrana, y por el otro lado, al Vasco Aguirre sucumbir por vez primera desde que tomó al club catalán.
Fue uno de los derbis más desiguales de los últimos años. Desde el minuto uno, el Barcelona tocó y tocó hasta volver loco al rival con una diferencia abismal en la posesión del esférico.
A los blanquiazules, preocupados por su delicada situación en la tabla, el balón les duraba un suspiro y la zaga comandada por Héctor Moreno, quien jugó todo el partido, se la pasó persiguiendo sombras. Uno, dos, tres, cuatro goles. Y aun no se había llegado a la media hora.
A los 28 minutos, el Barça ya ganaba 4-0. Dos goles generados con múltiples toques en el área rival, culminados por Xavi y Pedro, en dos ocasiones. El cuarto de la tarde lo hizo Messi, que transformó un penalti sin problemas, ante la sonrisa partida de Aguirre y compañía.
Media hora trágica para los Periquitos, que salieron mucho mejor ubicados para el complemento, y aunque Pedrito volvió a marcar en dos ocasiones, ambos fueron anulados por supuesto fuera de lugar.
Al final, el derbi catalán fue todo para el Barcelona, que sigue invicto, con 52 puntos y 61 goles, antes de terminar la primera vuelta de la liga.